14
DE MAYO
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JUEVES - 6ª SEMANA DE PASCUA
Jn
16,16-20
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Dentro de poco ya no
me veréis, y poco después me volveréis a ver". Entonces
algunos de sus discípulos comentaron entre sí: ¿“Qué querrá
decirnos con eso de “dentro de poco ya no me veréis y dentro de
poco me volveréis a ver” y “Me voy al Padre”? Y decían: "¿
Qué es ese “poco”? No sabemos lo que quiere decir".
Se
dio cuenta Jesús de que querían preguntarle y les dijo: "¿Andáis
preguntándoos acerca de lo que dije: “Dentro de poco ya no me
veréis, y poco después me volveréis a ver?”. Yo os aseguro que
lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis
tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo".
1. Jesús
palpa la tristeza de los discípulos. Tristeza que llegará al
lamento y las lágrimas. Es la tristeza de la ausencia y la
inseguridad del que, en un ambiente hostil, se siente solo. Jesús
sabe que está hablando a hombres hechos y derechos. Hombres que no
son precisamente unos cobardes. Pero también sabe Jesús que las convicciones que los discípulos han hecho suyas no son las
convicciones dominantes en los ambientes en los que van a vivir y
trabajar. Van a tener un futuro erizado de problemas. Y Jesús lo
sabe.
2. La
tristeza de La ausencia se refiere, ante todo, a lo que va a ocurrir
inmediatamente después: la pasión y la muerte. Pero muy pronto,
“dentro de poco", lo volverán a ver. Y Jesús será para
ellos, para la comunidad cristiana, El Viviente. Por eso insiste
Jesús en que “vuestra tristeza se convertirá en gozo".
3. Lo
importante de este texto está en la convicción de que Jesús no es
un difunto, que, como todos los que mueren, pasó a la historia. De
Jesús no queda solo el recuerdo y el ejemplo de lo que fue su vida. Además de eso, de Jesús tenemos la presencia viva del Viviente que
es. No tenemos evidencia de ello. Pero la fe nos hace palpar su
presencia reconfortante y
gozosa. Lo vemos presente en la fuerza de trasformación que tiene en
tantas personas y grupos que ocultamente siguen haciendo presente el Evangelio en nuestra historia. De no ser así, no se entiende la actualidad que sigue teniendo Jesús en este momento.
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