10
DE JULIO - VIERNES -
14ª
SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
Mt
10, 16-23
En
aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: “Mirad que os mando
como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y
sencillos
como
palomas. Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los
tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante
gobernadores y reyes por mi causa; así daréis testimonio ante ellos
ante los gentiles. Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que
vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo
que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el
Espíritu de vuestro Padre, hablará por vosotros. Los hermanos
entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los
hijos; se rebelarán los hijos contra los padres, y los matarán.
Todos os odiarán por mi nombre: el que persevere hasta el final, se
salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Creedme, no
terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo
del Hombre”.
1. El
proyecto del Reino, tal como lo presenta Jesús, es intolerable para
los poderes de este mundo. Un proyecto que desmotiva a la gente ante
el dinero, y los valores que lleva consigo el afán por el dinero,
desencadena la persecución contra los apóstoles. Jesús es muy
claro en este punto. Por tanto, cuando los apóstoles del Reino no
encuentran rechazo y persecución sino aplauso y privilegios, tales
apóstoles tienen que preguntarse si son “auténticos” o si, por
el contrario, son “falsos” apóstoles, como ya en el antiguo
Israel hubo “falsos” profetas.
2. Dice
Jesús que la persecución vendrá de las “sinagogas”; y de los
“gobernadores y reyes”. O sea, será persecución religiosa y
persecución
civil.
Ambas cosas. En cuanto a la persecución religiosa, lo más
sorprendente es que no vendrá de los paganos o de otras religiones,
sino de la propia religión. Exactamente como le ocurrió al propio
Jesús, que fue asesinado por la misma religión en la que fue
educado, la religión a la que socialmente perteneció durante toda
su vida.
En
asuntos de persecución religiosa, lo primero que hay que preguntarse
es si nos persiguen por causa del apego al dinero (ya quienes lo
tienen) o por causa del Evangelio.
3. La
familia es la institución que trasmite los valores establecidos, las
costumbres de siempre, los intereses de toda la vida. Por eso, el
Evangelio del Reino puede llegar a desencadenar tanto conflicto
dentro de la propia casa. De sobra sabemos que el dinero divide a
las familias y siembra el odio entre hermanos de la misma sangre.
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