jueves, 2 de julio de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 2 DE JULIO - JUEVES - 13ª SEMANA DEL TEMPO ORDINARIO








2 DE JULIO - JUEVES -
13ª SEMANA DEL TEMPO ORDINARIO

Mt 9, 1-8

En aquel tiempo, subió Jesús a una barca, cruzó a la otra orilla y fue a su ciudad. Le presentaron un paralítico, acostado en una camilla. Viendo la fe que tenían, dijo al paralítico: “animo, hijo!, tus pecados están perdona dos”. Algunos de los letrados se dijeron: “Este blasfema”. Jesús, sabiendo lo que pensaban, les dijo: "¿Por qué pensáis mal? ¿Qué es más fácil decir: “tus pecados están perdonados", o decir: "levántate y anda?”. Pues para que veáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados —dijo dirigiéndose al paralitico—: "Ponte en pie, coge tu camilla y vete a tu casa”. Se puso en pie, y se fue a su casa. Al ver esto, la gente quedó sobrecogida y alababa a Dios, que da a los hombres tal potestad.

1. Para entender este relato, lo primero que se debe recordar es la relación que, en aquel tiempo, las religiones establecían entre enfermedad y pecado. Las gentes con creencias religiosas estaban convencidas de que quien padecía alguna enfermedad era porque había cometido aIgún pecado (cf. Jn 9,2; 1 Cor 11,30).
Los dirigentes religiosos, para afianzan su poder, han tenido la tendencia a asociar los pecados con toda clase de desgracias. Así conseguían mayor sumisión de los fieles.

2. Jesús sana al enfermo. Pero antes le dice que sus pecados están perdonados. Jesús le devuelve la integridad corporal y moral. Restaura al hombre entero: le da salud y dignidad. Además, para Jesús, la prueba de que se reconcilia a la gente con Dios es que a esa gente se le da vida y se la levanta de sus postraciones de dolor y de parálisis. Ir diciendo que se perdonan los pecados sin mejorar en nada la situación de los que sufren es demasiado fácil.

3. Los expertos religiosos consideran que hacer lo que hizo Jesús es ¡blasfemar! Ellos veían en Jesús a un hombre sin más. Y eso es lo que no toleran. Si el poder sobre las conciencias y sobre las personas deja de ser privilegio exclusivo de Dios, por eso mismo, ellos también, que son los representantes de Dios, salen perdiendo. El poder religioso es privilegio de los hombres de la religión, que no toleran recortes en cuanto toca o roza ese poder.




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