miércoles, 1 de julio de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 1 DE JULIO - MIÉRCOLES - 13ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO








1 DE JULIO   - MIÉRCOLES -
13ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Mt 8,28-34

 En aquel tiempo, llegó Jesús a la otra orilla, a la región de los gerasenos. Desde el cementerio, dos endemoniados salieron a su encuentro, eran tan furiosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino dijeron a gritos: 
"¿ Qué quieres de nosotros, Hijo de Dios?  ¿Has venido a atormentarnos antes de tiempo?”. Una gran piara de cerdos a distancia estaban hozando.   Los demonios le rogaron: “Si nos echas, mándanos a la piara".  Jesús les dijo: “Id”.  Salieron y se metieron en los cerdos.  Y la piara entera se abalanzó acantilado abajo y se ahogó en el agua. Los porquerizos huyeron al pueblo y lo contaron todo, incluso lo de los endemoniados.  Entonces el pueblo entero salió a donde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que se marchara de su país.

1. Se discute el lugar o ciudad en el que ocurrió este episodio.  Pudo ser Gerasa, Gadara o Gergesa (Warren Carter).  En cualquier caso, fue en un país que tenía otras costumbres y otras creencias religiosas, distintas de las que se tenían en Israel.  Jesús no teme, ni duda, ir también a visitar y convivir con otros pueblos, otras culturas y otras religiones. Para Jesús las fronteras nacionales, culturales y religiosas, que nos dividen, han de ser superadas.   Son frecuentes los enfrentamientos de violencia y muerte que se producen cuando se traspasan las fronteras.  Lo estamos viendo en los conflictos con los inmigrantes que intentan pasar de África a Europa.  O los “espaldas mojadas” que, desde México, quieren entrar en Estados Unidos.   Estas dificultades se plantean con los pobres.   Los ricos no tienen problemas para circular por todo el mundo.

2.   Según este relato, los demonios son fuerzas de muerte (salen del cementerio) y de violencia (eran furiosos y nadie se atrevía a acerase a ellos).  Al expulsar a los demonios, Jesús muestra con vigor que su proyecto es acabar con la muerte y la violencia que son origen de tanto sufrimiento.  La postura, tan frecuente, de quienes asumen una postura de pasividad o de imposible neutralidad ante los poderes de muerte y violencia, que actúan a sus anchas en nuestra sociedad, es una forma de comportamiento más cercano a lo demoníaco que a Jesús.


3.   El episodio de los cerdos no se limita al obvio significado económico que tiene, ya que una piara de miles de cerdos era una inmensa fortuna.  Pero, además del interés de las gentes de aquella región por sus cerdos, al interpretar este extraño relato, hay que recordar también que los cerdos eran utilizados en ritos religiosos con los que se buscaba la protección divina para la producción agraria (E. Firmage, F. J. Stendebach).  Al permitir que los demonios se metiesen en los cerdos, Jesús expresaba su oposición a los extraños rituales que tenían un carácter mágico.  Y así tranquilizaban las conciencias de gentes que, como suele ocurrir, querían llevarse bien con la religión y con el dinero. Una conducta así, es indigna del Evangelio de Jesús.


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