lunes, 6 de julio de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 6 DE JULIO - LUNES - 14ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO







6  DE JULIO - LUNES -
14ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Mt 9, 18-26

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, se acercó un personaje que se arrodilló ante él y le dijo: “Mi hija acaba de morir. Pero ven tú, ponle la mano en la cabeza, y vivirá". Jesús lo siguió con sus discípulos. Entretanto, una mujer que sufría flujos de sangre desde hacía doce años, se acercó por detrás y le tocó el borde del manto, pensando que con solo tocarle el manto se curaría. Jesús se volvió, y al verla le dijo: “¡Ánimo, hija! Tu fe te ha curado”. Y en aquel momento quedó curada la mujer. Jesús llegó a casa del personaje y, al ver a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo: “¡Fuera! La niña no está muerta, está dormida". Se reían de él. Cuando echaron a la gente, entró él, cogió a la niña de la mano, y ella se puso en pie. La noticia se divulgó por toda aquella comarca.

1. Es evidente que la actividad de Jesús, por lo que nos cuentan los evangelios, giró en torno a tres tareas que ocuparon prácticamente toda la vida pública: 1) La salud de los enfermos; 2) La comensalía compartiendo la mesa con toda clase de personas, sobre todo con pobres y pecadores; 3) La enseñanza a la gente en torno al tema de las buenas relaciones humanas. Es verdad que, en el fondo de esta actividad, siempre está la referencia al Padre, del que habla con frecuencia y al que dedica horas, noches enteras de oración. Pero el Padre es el motivo y el referente último.

2. La actividad de Jesús no se centró ni en torno al templo, ni en las reuniones de la sinagoga. No fue una actividad “religiosa", como la de un profesional de la religión. El centro de la actividad de Jesús fue el ser humano: su salud, su alimentación, sus buenas relaciones con los demas. Sin duda, en eso vio Jesús lo que más quiere el Padre del Cielo. Y el único camino que nos lleva al Padre, es decir, el único camino que da sentido a nuestras vidas. Jesús no fue un agitador social. Y menos aún un revolucionario. Lo que ocurre es que Jesús vio que no hay más camino para ir a Dios que humanizar este mundo.

3. En la curación de la mujer de las hemorragias y en la devolución de la vida a la niña del personaje, Jesús muestra su preocupación central por la vida. No olvidemos que el grupo humano más despreciado de aquella cultura era la mujer. Y más, si se trataba de una mujer que padecía una enfermedad que impurificaba; o si era una niña, que se podía abandonar o venderla como esclava. Para Jesús, todas las mujeres tenían la misma importancia y dignidad que los varones.




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