16
Julio – Jueves -
15ª
Semana del Tiempo Ordinario
Nuestra
Señora del Carmen
Primera
lectura Zacarías 2, 14-17
Alégrate
y goza, hija de Sión, que yo vengo a habitar dentro de ti —oráculo
del Señor—. Aquel día se unirán al Señor muchos pueblos, y
serán pueblo mío. Habitaré en medio de ti, y comprenderás que el
Señor de los ejércitos me ha enviado a ti. El Señor tomará
posesión de Judá sobre la tierra santa y elegirá de nuevo a
Jerusalén. Calle toda carne ante el Señor, cuando se levanta en su
santa morada.
Salmo
Lucas 1, 46-55
R//
Bienaventurada
eres, Virgen María,
que
llevaste en tu seno al Hijo del Padre eterno.
•
Proclama
mi alma la grandeza del Señor,
se
alegra mi espíritu en Dios, mi salvador.
• Porque
ha mirado la humillación de su esclava.
•
Desde
ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha
hecho obras grandes por mí: su nombre es santo.
• Y
su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él
hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón.
•
Derriba
del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los
hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.
• Auxilia
a Israel, su siervo,
acordándose
de la misericordia —como lo había prometido a nuestros padres—
a
favor de Abrahán y su descendencia por siempre.
Evangelio
Mateo 12, 46-50
En
aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente,cuando su madre y sus
hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo
avisó: “Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar
contigo”. Pero él contesto
al que le avisaba: “¿Quién
es mi madre y quiénes son mis hermanos?”. Y, señalando con la
mano a los discípulos,
dijo:
“Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de
mi Padre del cielo, ese es mi hermano, y mi hermana, y mi madre”.
1. La
gran familia de la Iglesia es el lugar en donde están nuestros
padres, nuestros hermanos, nuestros seres queridos que encuentran en
la Palabra el aliento en los momentos difíciles y la esperanza en
las dificultades. Pero, sobre todo, en la Iglesia es en donde
encontramos el mensaje de la salvación, de la vida eterna, de la
resurrección. Lejos de rechazar a su familía, Jesús abre las
puertas de la fraternidad a todo el género humano. Y es
precisamente esa fraternidad
que Jesús nos regala en donde reside el don que nos hace hijos de
Dios. Aquella escena de María —hoy representada en la Virgen del
Carmen— silenciosa y humilde, ahora se vuelve entusiasta y
esperanzadora. María, la madre de Jesús, se convierte en madre
nuestra, madre de todos. Así, bajo el manto de María, todos somos
hermanos de Jesús y, al mismo tiempo, hermanos entre nosotros.
Algunas
notas sobre la festividad del día de la Virgen del Carmen.
Monte
Carmelo: el origen de una advocación mariana
El
día 16 de julio se celebra por toda la geografía española el día
de la
Virgen
del Carmen, patrona de marineros.
Las celebraciones de este día tienen gran importancia en todas
aquellas ciudades y pueblos vinculados al mar, derivado de la
especial devoción que tienen los marineros por su patrona.
El
origen
de la devoción por la Virgen del Carmen es
muy antiguo y no nace en un pueblo con mar. Da sus primeros pasos en
las tierras de Israel, en un lugar que se conoce como el nombre de
Monte
Carmelo (origen
del nombre de la Virgen del Carmen y de los carmelitas, sus
seguidores). Nombre que deriva de la denominación que recibía del
pueblo hebreo, Har ha'Karme (Viñedos de Dios) y del pueblo árabe,
Yabal al-Karmil (Jardín). La cordillera del Monte Carmelo está
ubicada en el distrito de
Haifa,
a orillas del mar Mediterráneo.
El
escapulario carmelita, símbolo de la devoción a Nuestra Señora del
Carmen
Uno
de los carmelitas más importantes que emprendió aquel viaje desde
el Monte Carmelo a su hogar fue el cruzado inglés Simón Stock,
santo de la iglesia católica con el nombre de San Simón Stock
(también conocido como San Simón de Inglaterra).
En
1246, Simón Stock se convierte en Prior General de los carmelitas.
San Simón es considerado uno de los carmelitas más importantes de
todos los tiempos. Los motivos por los que ha conseguido esta
consideración son variados: la influencia que tuvo en la
modificación de la estructura de la Orden del Monte Carmelo (pasó a
convertirse en cenobítica y mendicante cuando había sido
eremítica), modificó los pilares carmelitas dados por San Alberto,
abrió casas de la Orden del Monte Carmelo en gran variedad de
lugares, era un gran practicante de la oración y suplicaba todos los
días a la Virgen María que diera alguna muestra de su protección a
la Orden de los Carmelitas (“Flor
del Carmelo viña florida protege tu nombre y el de los carmelitas”).
A
pesar de su incesante labor, el hecho por el cual Simón Stock es más
recordado tiene que ver con su inquebrantable voluntad para rezar
todos los días a la Virgen María por la Orden del Carmen. Es así
que, en Cambridge, el 16 de julio de 1251 cuando rezaba a la Virgen,
ésta se le apareció y le entregó un Santo
Escapulario diciendo:
“Toma, hijo querido. Este escapulario será como la divisa de mi
confraternidad y, para ti y todos los carmelitas, un signo especial
de gracia; quienquiera que muera portándolo, no sufrirá el fuego
eterno. Es la muestra de la salvación, una salvaguardia en peligros,
un compromiso de paz y de concordia”. La noticia de la aparición
rápidamente se extendió y el Santo Escapulario empezó a ser
imprescindible para muchos devotos de la Virgen.
Ya
en el año 1314, se produce un nuevo hecho trascendental para la
comunidad de los carmelitas, el cónclave que se celebró para la
elección de un sucesor para el Papa Clemente V. Tras dos años y dos
meses de cónclave todavía no se había decidido quién sería el
nuevo Papa. Es en estas circunstancias cuando la Virgen del Carmen se
apareció a Jacques Duèze (Jaime Duesa), Cardenal francés. Le
anunció que con el nombre
Juan
XXII sería el nuevo Papa.
Además le hizo una nueva promesa (que sería conocida como el
“privilegio
sabatino” o “bula sabatina”):
“quiero que anuncies a los carmelitas y a sus cofrades que los que
lleven puesto el escapulario, guarden castidad conforme con su
estado, y recen el oficio divino –o los que no sepan leer se
abstengan de comer carne los miércoles y sábados–, si van al
purgatorio, yo haré que cuanto antes, especialmente el sábado
siguiente a su muerte, sean trasladadas sus almas al cielo”.
La
Virgen del Carmen, patrona y protectora de los marineros
La
Virgen
del Carmen es la patrona de los marineros,
teniendo especial devoción en España y en los países
latinoamericanos. Son muchas y muy conocidas las apariciones de la
Virgen del Monte Carmelo para interceder a favor de sus devotos y, en
la mayoría de los casos, salvarles la vida.
Unos
de los episodios más recordados tuvo lugar en 1845. En el verano de
aquel año un barco inglés (The
King of the Ocean)
navegaba hacia Australia, cuando, al pasar al lado del Cabo de Buena
Esperanza, se vio en medio de una huracán. La fuerza de las olas y
los vientos zarandeaban el barco como si fuese una simple cáscara de
nuez.
Un
pastor protestante, encargado de la guía espiritual de los marineros
embarcados, comenzó a rezar para intentar apaciguar la climatología.
Después de un tiempo, los marineros se dieron cuenta que el rezo del
pastor no era suficiente para detener la tempestad que amenazaba sus
vidas. Entre los bravos marineros había un irlandés devoto de la
Virgen del Carmen, John McAuliffe. Viendo que los rezos del pastor no
hacían efecto, sacó un Santo Escapulario de la Virgen del Monte
Carmelo que portaba al cuello. Sin dudarlo, hizo la señal de la Cruz
con el escapulario sobre las olas y lo lanzó. Fue en ese mismo
instante, que por intervención de la Virgen María, los elementos se
calmaron y el huracán desapareció tan rápido como se había
formado. Sólo una ola más golpeo el barco, la que traía de vuelta
el escapulario del marinero John McAuliffe.
Salve
Marinera, devoción en España a la Reina de los mares
La
celebración cada año del día 16 de Julio tiene un especial arraigo
en España
(patrona del mar y de las Fuerzas Armadas) y los países
latiamericanos (Reina
y patrona de Chile; patrona de la Policía Nacional y los
transportistas de Colombia; en Bolivia es la patrona de la Nación y
de sus Fuerzas Armadas; en el Perú es “Patrona del Criollismo” y
"Alcaldesa de la Ciudad de Lima"; y en Venezuela es la
patrona del Ejército; en Costa Rica es la patrona del mar, por
ejemplo) como también lo es la Inmaculada
Concepción de María.
Esta
profunda devoción que se le profesa en tierras españolas y
suramericanas nace en el siglo XVIII. Uno de los primeros en impulsar
el amor a la Virgen del Carmen es el almirante mallorquín Antonio
Barceló Pont de la Terra, otorgándole el patronazgo de la Armada
española que hasta la fecha había ostentado San Telmo.
En
1768, Juan José de Navarro Viana y Búfalo, primer Capitán General
de la Real Armada Española, a su vuelta de su periplo italiano
introdujo con gran ahínco la devoción por Nuestra Señora del Monte
Carmelo.
Tuvieron
que pasar muchos años antes de que se nómbrese oficialmente a
la Virgen
del Monte Carmelo como patrona de Armada española No
fue hasta el año 1901 en
el que se oficializó: lo que la mayoría de los barcos era un hecho
consumado, la Virgen del Carmen patrona de la Armada: “S. M. el
Rey, y en su nombre la Reina Regente del Reino, de conformidad por lo
propuesto por la Subsecretaría de este Ministerio, y favorable
informe del Provicariato General Castrense, se ha servido disponer
sea declarada Patrona de la Marina de Guerra la Santísima Virgen del
Carmen, que lo es de hecho, de todos los navegantes, y se celebre el
16 de julio, día de su festividad”.
Uno
de los cantos más populares por tierras españolas a Nuestra Señora
del Carmen es la Salve Marinera. Esta composición forma parte de una
zarzuela titulada “El
Molinero de Subiza”,
que se estrenó en 1870 en la ciudad de Madrid. La historia nos dice
que marineros embarcados en la Escuela Naval Flotantes “Asturias”
fueron a ver una interpretación de esta obra cuando estaban
fondeados en la ciudad de Ferrol (1872). La zarzuela se representa
con mucho éxito de público, y los marineros no son una excepción.
Salen enamorados del espectáculo que acaban de ver, especialmente de
una escena en la que se canta “Salve Estrella de los cielos”.
Tras mostrar los versos a sus compañeros de promoción, deciden que
cantaran esta composición después de la misa que reciben a diario
en el buque.
Con
la expansión de la tradición recientemente instaurada entre todos
los buques y barcos de la Armada española, empiezan a aparecer
numerosas versiones, con pequeñas variaciones en la letra y el
ritmo.
A
principios de los años cuarenta, las autoridades responsables de la
Armada española, viendo la gran aceptación que había tenido la
composición entre los marineros, deciden unificar la partitura y la
instrumentalización para dar a todos los buques y barcos una misma
canción. Conociendose a esta nueva versión con el nombre de Salve
Marinera.
Desde
entonces hasta nuestros días ha sido una de las composiciones más
populares en todas las celebraciones relacionadas con la Armada
Española.
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