lunes, 6 de julio de 2015

Párate un momento: Evangelio del día: 7 DE JULIO - MARTES - 14ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

















7 DE JULIO   - MARTES -
14ª SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO

Mt 9, 32-38

En aquel tiempo, llevaron a Jesús un endemoniado mudo. Echó al demonio, y el mudo habló. La gente decía admirada: “Nunca se ha visto en Israel cosa igual”. En cambio, los fariseos decían: “Este echa a los demonios con el poder del jefe de los demonios". Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, anunciando el evangelio del Reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias. Al ver a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, “como ovejas que no tienen pastor”. Entonces dijo a sus discípulos: “La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies".

1. Jesús fue un hombre controvertido. Mientras que unos se quedaban admirados de lo que hacía, otros veían en eso la presencia del demonio.
Pero lo llamativo es que quienes admiran a Jesús son las “gentes sencillas, (óchloi), mientras que quienes ven en Jesús a un endemoniado son los fariseos, de los que la mayoría pertenecían también a estratos populares, pero su observancia de leyes y ritos, su religiosidad hipócrita, les hacía ver como obra del demonio lo que era obra de la bondad de Jesús.

2. Jesús era un profeta itinerante, que pasaba por pueblos y aldeas, curando enfermos y aliviando penas. No está a nuestro alcance hacer milagros.
Ni siquiera sabemos si lo que Jesús hacía era curar milagrosamente a los enfermos. Lo que sabemos con seguridad es que aliviaba las dolencias. Y eso sí que entra en nuestras posibilidades: hacer más llevadera la vida de quienes nos rodean y, si es posible, lograr que se sientan felices. Lo que ocurre es que eso es muy duro. Sobretodo, cuando uno es el primero que necesita ser aliviado de cargas pesadas.

3. ¿Por qué Jesús era así y actuaba así? Los evangelios no dicen que esos debía a que en Jesús actuaba Dios. Lo que dicen es que, al ver las gente
del pueblo tan abandonadas, tan mal tratadas por la vida, “se le conmovían las entrañas", es decir, sintió misericordia. No es que “le dio lástima “Dar lástima” es una cosa vergonzosa. Lo que sí conmueve a cualquiera es dar con alguien, que es tan buena persona, que sintoniza y comparte las penas y la alegría que uno vive. Así era Jesús. Tan profundamente humano. Y eso es el secreto de todo lo demás.



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