domingo, 9 de agosto de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 10 de Agosto – Lunes - 19ª Semana del Tiempo Ordinario




10 de Agosto – Lunes -
19ª Semana del Tiempo Ordinario

Mt 7, 21-26

En aquel tiempo, mientras Jesús y los discípulos recorrían juntos la Galilea, les dijo Jesús: “Al Hijo del Hombre lo van a entregar en manos de los hombres, lo matarán, pero resucitará al tercer día”. Ellos se pusieron muy tristes. Cuando llegaron a Cafarnaún, los que cobraban el impuesto de las dos dracmas se acercaron a Pedro y le preguntaron: "¿ Vuestro Maestro no paga las dos dracmas?” Contestó: “Sí”. Cuando llegó a casa, Jesús se adelantó a preguntarle: “¿Qué te parece Simón? Los reyes del mundo, ¿a quién le cobran impuestos y tasas, a sus hijos o a los extraños?”. Contestó: “A los extraños". Jesús le dijo: “Entonces, los hijos están esentos. Sin embargo, para no darles mal ejemplo, ve al lago, echa el anzuelo, coge el primer pez que pique, ábrele la boca y encontrarás una moneda de plata. Cógela y págales por mí y por ti".

1.- Jesús no era un adivino que sabía de antemano lo que iba a ocurrir en el futuro.  Sin embargo, Jesús sabía que lo iban a matar porque era consciente de que el conflicto que las autoridades religiosas mantenían con él iba en aumento.  Jesús veía claro que su vida terminaba mal y que eso se acercaba inevitablemente, tal como se habían puesto las cosas.   Jesús lo anuncia con claridad y serenidad.  Pero no da signos de dar marcha atrás o de moderar su lenguaje y cambiar de vida. Jesús sabía lo que tenía que hacer.  Y lo hizo, hasta el final.

2.- El impuesto por el que le preguntan a Pedro era el impuesto del templo.  No era, por tanto, el impuesto civil que cobraban los romanos, sino el impuesto religioso que cobraban los sacerdotes. Esto está bien estudiado con seguridad.  El impuesto era la didrakma, una moneda de plata, según parece, equivalía al jornal de dos días.  Pero su equivalencia con nuestras monedas actuales es difícil de establecer.

3.- La respuesta de Jesús a Pedro equivale a decir que “los hijos” (los cristianos no están obligados a los deberes con el templo y, además, están exentos de todo lo que se relaciona con el templo: culto, sacerdocio, impuestos, etc.  Hay quien piensa que “los hijos” serían los israelitas.  También en este caso, Jesús viene a decir que todos, israelitas y cristiano están exentos de todo el sagrado y solemne tinglado del templo y lo que eso supone.  El apéndice final de la moneda en la boca del pez no pasa de ser una pequeña leyenda añadida por el redactor.  En todo caso, lo importante es que Jesús da un paso más en el planteamiento de su proyecto : la mediación para el encuentro con Dios no es la buena relación con el templo, sino la buena relación con las personas.





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