martes, 18 de agosto de 2015

Párate un momento: Evangelio del día - Miércoles – 19 de Agosto de 2015 20ª Semana del Tiempo Ordinario








Miércoles – 19 de Agosto de 2015
20ª Semana del Tiempo Ordinario

Mt 20, 1-16 a

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: “El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: “Id también vosotros a mi viña y os pagaré lo debido". Ellos fueron. Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: "¿ Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?”. Le respondieron: “Nadie nos ha contratado”. Él les dijo: “Id también vosotros a mi viña”. Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: “Llama a los jornaleros y págales el jornal empezando por los últimos y acabando por los primeros". Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: “Estos últimos han trabajado solo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno”. Él replicó a uno de ellos: “Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo sea bueno?”. Así los últimos serán los primeros y los primeros los últimos”.

1. La primera impresión que produce la lectura de esta parábola es que aquí se cuenta una historia que no es precisamente un modelo de justicia y de sentido común. Porque no se ajusta al criterio elemental de las leyes laborales. El criterio de pagar a cada cual según el rendimiento en el trabajo. Pero es evidente que el que trabaja de sol a sol, no puede rendir, ni producir, lo mismo que el que trabaja una hora. En este sentido, no se ve qué ejemplaridad puede tener esa historia. Ni para qué la cuenta Jesús.

2. Sin embargo, nunca tuvo tanta actualidad esta parábola de Jesús como
la tiene en este momento. Una de las cosas más crueles, que ha puesto en evidencia la crisis económica mundial, es que al capital y a los capitalistas lo que les importa no es “remediar el paro” de los trabajadores, sino sobretodo “la ganancia de los empresarios”.   Jesús, sin embargo, presenta aquí un tipo de empresario que no mira la productividad o el rendimiento de los trabajadores.   Lo que aquel extraño empresario demostró es que lo primero para él era acabar con el paro.  De la mañana a la noche no hizo otra cosa.  Todo el día sacando gente de la desocupación. Y lo más sorprendente es que, al final, cuando llegó la hora de pagar el jornal, todos los que habían trabajado cobraron exactamente lo mismo, empezando por los últimos.   Aquel extraño empresario acabó con la desigualdad. Su criterio es que todos tenían derecho a la misma ganancia.  Un criterio que ha sido destrozado por la modernidad y la posmodernidad.

3. Este criterio es característico del capitalismo.  Pero está visto que el Evangelio no es capitalista.    Ni el Dios de Jesús tampoco lo es.   Por supuesto, esta parábola se puede interpretar desde punto de vista de Dios (Evangelio “religioso”). Pero también se puede (y hoy se debe) interpretar desde el punto de vista del empresario (Evangelio “laico”).  Lo más apremiante, ahora mismo, es que los empresarios cambien de mentalidad.  Lo
más urgente es que tengamos empresarios a quienes les interesa, sobre todo, acabar con el paro y acabar con las desigualdades. Y que se enteren, de una vez, que eso es lo más productivo. Porque así se trabajará más, se producirá más, y se consumirá más. Pero todo con más racionalidad y no
desde la irracionalidad que nos está destrozando a todos, y está destrozando nuestro planeta y el futuro de nuestros hijos.



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