miércoles, 26 de agosto de 2015

Párate un momento: Evangelio del día 27 de Agosto – Jueves - XXIª – Semana del Tiempo Ordinario










27 de Agosto – Jueves -
XXIª – Semana del Tiempo Ordinario

Mt 24,42-51
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis, viene el Hijo del Hombre.
¿Dónde hay un criado fiel y cuidadoso, a quien el amo encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas? Pues dichoso ese criado, si el amo, al llegar, lo encuentra portándose así, os aseguro que le confiará la administración de todos sus bienes. Pero si el criado es un canalla y,
pensando que su amo tardará, empieza a pegar a sus compañeros, y a comer y a beber con los borrachos, el día y la hora que menos se lo espera, llegará el amo y lo hará pedazos, como se merecen los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes".

1. Para explicar la “vigilancia", que deben tener los seguidores de Jesús, el evangelio de Mateo utiliza el verbo “gregorein", que, como exigencia ética, es una novedad aportada por el cristianismo.     Esta vigilancia incluye:
1) La responsabilidad ante los semejantes (Mt 24, 45-51).
2) No dejarse dominar por el miedo a un “dios imaginario y amenazante” (Mt 25,
15-23).
3) Sobre todo, la bondad con los hermanos más humildes (Mt 25,31-40). A lo que hay que sumar la vigilancia en la oración: “Estad en vela y orad conmigo", como dijo Jesús en Getsemaní (Mt 26, 41). La vigilancia fue importante en el cristianismo primitivo, por lo frecuentes que, en no pocas comunidades, eran las vigilias de oración, atestiguadas desde el s. II y que, desde el s. III y especialmente en el monacato, fueron centrales en la vida de los cristianos, que tenían la costumbre de levantarse a media noche para orar, cada cual en su casa, como testifica, por ejemplo, Tertuliano (Ad Uxor. 11,4 y 8).

2. Esta vigilancia, entendida como se acaba de indicar, fue tema en el que Jesús insistió. Se trata de la vigilancia referida a las relaciones que cada cual mantiene con los demás. Primero, Jesús pone como ejemplo al criado “fiel y cuidadoso” que da la comida a su tiempo. Y en segundo lugar, Jesús reprueba al que, en lugar de ser buena persona con los demás es un hombre violento y egoísta que solo se preocupa por comer y beber, o sea darse buena vida y pasarlo lo mejor posible. En el conjunto del relato, esta vigilancia constante para ser siempre bueno con todos es lo del mensaje que aquí transmite Jesús. La vigilancia que pide Jesús es la postura atenta y vigilante ante las necesidades de los otros, sobre las situaciones de dolor de los más necesitados: el hambre de los pobres, la soledad de los ancianos, el desamparo de los niños, la desesperación de tantos enfermos. A estas cosas es a lo que tenemos que estar vigilantes.




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