18 de Agosto - Martes -
XXª Semana del Tiempo Ordinario
Mt
19,23-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
“Creedme: difícilmente entrará un rico en el Reino de los Cielos. Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una
aguja, que a un rico entrar en el Reino de los Cielos”. Al oírlo
los discípulos dijeron espantados: “Entonces, ¿quién puede
salvarse?”. Jesús se les quedó mirando y les dijo: “Para los
hombres es imposible; pero Dios lo puede todo". Entonces le
dijo Pedro: “Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos va a tocar?” Jesús les dijo: “Creedme, cuando
llegue la renovación, y el Hijo del Hombre se siente en el trono de
su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido,
os sentaréis en doce tronos, para regir a las doce tribus de Israel.
El que por mí deja casa, hermanos y hermanas,
padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y
heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos
últimos serán primeros".
1.. Jesús
reafirma lo que le ha dicho al joven rico sobre la dificultad que
tienen los ricos para entrar en el Reino de Dios y lo reafirma con
una sentencia popular que radicaliza aún más el problema. La
sentencia del camello y el ojo de la aguja se ha intentado suavizar. Se ha dicho que el camello (kámelos) era un cable de barco
(kámilos), cosa que no resuelve nada porque ese cable era el más
grueso de entonces y ni cabía ni cabe por el ojo de una aguja. En
cuanto al ojo de la aguja, se ha dicho que era
la
puerta que hubo en Jerusalén (Pascasio Radberto), pero nunca existió
tal puerta. Tampoco parece que se pueda interpretar como una ventana.
No hay trazas de eso. Ni este texto tiene nada que ver con “la puerta estrecha”
(Mt 7, 13 par), que es una “exhortación", mientras que aquí
se trata de una “afirmación” (G. Schneider) que expresa una
imposibilidad.
2.-
Tenían motivos los discípulos para quedarse “espantados”. La
afirmación de Jesús, aplicada a nuestro tiempo, es clara y
coherente: no puede entrar en el proyecto de Jesús el que retiene y
consume de sobra, mientras mismo tiempo hay criaturas que se mueren
de hambre. No es posible ser humano cuando se comete lo más
inhumano que se puede hacer en este mundo.
3. Ahora
mismo hay cerca de mil millones de personas abocadas a una muerte
cercana cuando hay familias y personas que no saben dónde invertir
tanto dinero como tienen, ni dónde almacenar más comida, más ropa
y más caprichos... No es demagogia barata. Es una realidad tan
espantosa como brutal. En el fondo, todo radica en el problema de la
codicia, como han recalcado los técnicos de la economía en la Unión
Europea. La crisis actual lo está poniendo de manifiesto.
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