martes, 11 de agosto de 2015

Párate un momento: lectura del dia 18 de Agosto - Martes - XXª Semana del Tiempo Ordinario




18 de Agosto - Martes -
XXª Semana del Tiempo Ordinario

Mt 19,23-30

   En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Creedme: difícilmente entrará un rico en el Reino de los Cielos.   Lo repito: Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el Reino de los Cielos”.   Al oírlo los discípulos dijeron espantados: “Entonces, ¿quién puede salvarse?”.    Jesús se les quedó mirando y les dijo: “Para los hombres es imposible; pero Dios lo puede todo".   Entonces le dijo Pedro: “Pues nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.  ¿Qué nos va a tocar?” Jesús les dijo: “Creedme, cuando llegue la renovación, y el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos, para regir a las doce tribus de Israel.
El que por mí deja casa, hermanos y hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Muchos primeros serán últimos y muchos últimos serán primeros".

1.. Jesús reafirma lo que le ha dicho al joven rico sobre la dificultad que tienen los ricos para entrar en el Reino de Dios y lo reafirma con una sentencia popular que radicaliza aún más el problema.    La sentencia del camello y el ojo de la aguja se ha intentado suavizar.   Se ha dicho que el camello (kámelos) era un cable de barco (kámilos), cosa que no resuelve nada porque ese cable era el más grueso de entonces y ni cabía ni cabe por el ojo de una aguja.     En cuanto al ojo de la aguja, se ha dicho que era
la puerta que hubo en Jerusalén (Pascasio Radberto), pero nunca existió tal puerta. Tampoco parece que se pueda interpretar como una ventana. No hay trazas de eso.   Ni este texto tiene nada que ver con “la puerta estrecha” (Mt 7, 13 par), que es una “exhortación", mientras que aquí se trata de una “afirmación” (G. Schneider) que expresa una imposibilidad.

2.- Tenían motivos los discípulos para quedarse “espantados”.  La afirmación de Jesús, aplicada a nuestro tiempo, es clara y coherente: no puede entrar en el proyecto de Jesús el que retiene y consume de sobra, mientras mismo tiempo hay criaturas que se mueren de hambre. No es posible ser humano cuando se comete lo más inhumano que se puede hacer en este mundo.

3. Ahora mismo hay cerca de mil millones de personas abocadas a una muerte cercana cuando hay familias y personas que no saben dónde invertir tanto dinero como tienen, ni dónde almacenar más comida, más ropa y más caprichos...    No es demagogia barata. Es una realidad tan espantosa como brutal.  En el fondo, todo radica en el problema de la codicia, como han recalcado los técnicos de la economía en la Unión Europea.    La crisis actual lo está poniendo de manifiesto.




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