11
DE ENERO - MIÉRCOLES –
1ª
Semana T.O.-A
San
Higinio, papa
Evangelio según
san Marcos 1, 29-39
En aquel tiempo, al salir
Jesús de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La
suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron. Jesús se acercó, la
cogió de la mano y la levantó. Se le pasó la fiebre y se puso a servirles.
Al
anochecer, cuando se puso el sol, le llevaron todos los enfermos y poseídos. La
población entera se agolpaba a la puerta. Curó a muchos enfermos de diversos
males y expulsó muchos demonios; y como los demonios lo conocían, no les
permitía hablar. Se levantó de madrugada, se marchó al descampado y allí se
puso a orar.
Simón
y sus compañeros fueron y, al encontrarlo, le dijeron:
"Todo
el mundo te busca".
Él
les respondió:
"Vámonos
a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso
he venido".
Así
recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando los demonios.
1.- La primera preocupación de todos los seres humanos
es el problema y el cuidado de la salud. Por eso tenemos tanto miedo a las
enfermedades. Porque la enfermedad es siempre limitación de la salud, del
bienestar, de la felicidad y la alegría de vivir. Y es, sobretodo, amenaza para
la vida, peligro de perderla y, en no pocos casos, el anuncio de su final más o
menos cercano.
Además, esto es
un asunto en el que coincidimos todos los seres
humanos. La condición carnal nos une a todos. Porque es el constitutivo
más elemental y básico de nuestra condición humana.
2. Por eso la
primera preocupación de Jesús fue la curación de enfermos. Lo que es tanto como
decir que la primera preocupación de Jesús fue aliviar el sufrimiento físico,
la limitación corporal de enfermos que iba encontrando.
Se puede afirmar que Jesús no soportaba ver el dolor
ajeno, las limitaciones de quienes sufrían porque veían su cuerpo enfermo y sus
fuerzas limitadas. Esto es lo que explica por qué los evangelios hablan con
tanta frecuencia de las curaciones de enfermos que Jesús realizaba.
Los teólogos, los clérigos, los creyentes, se han
preguntado mil veces si Jesús hacía o no hacía "milagros". Pero no
nos preguntamos lo que el Evangelio nos quiere decir a nosotros mediante su
constante insistencia en el empeño de Jesús por remediar el sufrimiento humano.
Nadie puede hacer milagros. Todos podemos acompañar a
un enfermo, mejorar sus condiciones de vida, buscar las condiciones de una
política sanitaria más eficaz...
3.- Jesús
entendió la religiosidad de forma que estaba ligada, ante todo, a la carnalidad
humana. Al menos, es evidente que los
evangelios hablan de este asunto mucho más
que de la oración, la piedad, la devoción, la caridad, las virtudes en
general y, por supuesto, más que del culto religioso, de ritos y ceremonias, de
poderes sagrados, de doctrinas ortodoxas o de censuras para los extraviados y
alejados de la "religión oficial".
Por esto, se puede asegurar que, de la misma manera
que todos los humanos coincidimos en el cuidado de la salud corporal,
igualmente todos, por eso mismo, coincidimos con Jesús, por más que ni tengamos
idea de este asunto. Porque la religiosidad de Jesús coincide con lo más básico
de nuestra propia humanidad.
San
Higinio, papa
San Higinio: Grecia; 136-140.
Ateniense. Mártir. Elegido en
136, murió en el 140. Determinó varias atribuciones del clero y definió los
grados de la jerarquía eclesiástica. Instituyó el padrino y la madrina en el
bautismo de los recién nacidos para guiarlos en la vida cristiana y decretó que
las iglesias viniesen consagradas.
Martirologio Romano: En Roma, san Higinio,
papa, que fue el octavo en ocupar la sede de san Pedro (142). Etimología:
"el saludable", en griego. De
origen griego (Atenas).
Fue papa por unos cuatro años, aprox.: 138
hasta su muerte en 142.
Determinó varias atribuciones del clero y
definió los grados de la jerarquía eclesiástica.
Instituyó el padrino y la madrina en el
bautismo de los recién nacidos para guiarlos en la vida cristiana y decretó que
las iglesias fuesen consagradas.
Luchó contra los herejes Velentino y Cerdón
y sus doctrinas, pues ésos pretendían explicar la fe cristiana con
especulaciones filosóficas apoyadas en esquemas gnósticos.
Fue enterrado en el Vaticano
cerca de la tumba de San Pedro.
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