domingo, 15 de enero de 2017

Párate un momento: El Evangelio del dia 16 DE ENERO - LUNES – 2ª – SEMANA DEL T.O.-A San Fulgencio, obispo




16 DE ENERO -  LUNES –
2ª – SEMANA DEL T.O.-A
San Fulgencio, obispo

Evangelio según san Macos 2, 18-22
       En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno.
        Vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
"Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos no?"
Jesús les contestó:
"¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos?
       Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán.
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado, porque la pieza tira del manto —lo nuevo de lo viejo— y deja un roto peor.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos;
   porque revienta los odres y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos".

1. Es importante hablar del ayuno   cuando    sabemos que,  como resultado de las políticas económicas restrictivas que se nos han impuesto  a partir de la última crisis económica, la brecha y la distancia entre ricos y pobres se ha hecho espantosamente   grande  y creciente.
 El ayuno era antiguamente una práctica religiosa libremente asumida por los creyentes. Ahora el ayuno es una exigencia obligatoria, que los ricos les imponen a los pobres de la tierra, para acaparar más riqueza a costa del hambre de los necesitados.
Esto es espantoso. Pero es así. El 1 % de la población mundial obliga a más del 60 % a ayunar en la comida, la salud, la vivienda, la propia seguridad, la educación...
La codicia de unos pocos impone el hambre de todo a la enorme mayoría de los ciudadanos. Y a esto le llaman el "Estado de Derecho". Es la "economía canalla" (Loretta Napoleón).
La más brutal agresión que se ha cometido en la historia de la humanidad. Antiguamente, eran los "dioses" los que mandaban ayunar, Hoy son los poderosos y los capitalistas (los nuevos dioses de la tierra) los que imponen y exigen el ayuno mortal de 35.000 niños desnutridos, que se mueren  cada día.

2. Jesús cortó por lo sano con este tipo de prácticas, normas y costumbres, propuestas por la religión. Porque, para Jesús, Dios no se antepone a la vida.  Ni entra en conflicto con la vida de nadie. Ni soporta que la gente se imponga privaciones y sufrimientos con la ingenua idea de que así se acerca más a lo divino, a lo sobrenatural, al cielo.
El Padre, del que nos habla Jesús, quiere que
seamos felices y que disfrutemos de la vida.

3. Por eso aquí debemos recordar lo que dijo, en nombre de Dios, el profeta Isaías: "Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos, quebrar todos los yugos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo, y no desentenderte de los tuyos. Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante ti marchará la justicia, detrás de
ti la gloria del Señor" (Is 58, 6-8).

San Fulgencio, obispo
En la ciudad de Écija, en la provincia romana
de Bética (hoy España), san Fulgencio, obispo, hermano de los santos Leandro, Isidoro y Florentina. Su hermano Isidoro le dedicó su tratado "De los oficios eclesiásticos". (556-630).
San Fulgencio. Obispo. Nacido en Cartagena en el siglo VI y fallecido en el año 630.
Hijo de Severiano y Túrtura. Su padre fue un noble visigodo. San Fulgencio fue el segundo de cinco hermanos, cuatro de los cuales son considerados santos por la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa. Sus otros hermanos canonizados son san Isidoro, san Leandro y santa Florentina. Todos ellos son conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena.
San Fulgencio nació en Cartagena en torno al año 540 y pronto su familia se traslada a Sevilla. En dicha ciudad serían arzobispos sus hermanos san Leandro y san Isidoro.
San Fulgencio fue obispo de Écija, y como tal asistió al II Concilio Hispalense (610).
Hombre elocuente y gran orador, Recaredo le encomendó diversas misiones para su reino.
Fue considerado un hombre sabio, siendo elevado al rango de doctor de la Iglesia en 1880 por Pío IX.
San Fulgencio es patrón de la diócesis de Cartagena y, desde el siglo XVI, también da nombre al seminario diocesano de Murcia. Es además patrón de la ciudad de Plasencia y su diócesis. La festividad de San Fulgencio se celebra el 16 de enero.
Sus Reliquias, La mayor parte están en la iglesia de San Juan Bautista de Berzocana (Cáceres), junto con las de su hermana santa Florentina. También hay reliquias en la catedral de Murcia, veneradas junto a las de sus tres hermanos santos. Por decisión de Felipe II, en San Lorenzo del Escorial hay alguna reliquia menor.



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