16
DE ENERO - LUNES –
2ª
– SEMANA DEL T.O.-A
San
Fulgencio, obispo
Evangelio según san Macos 2, 18-22
En
aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno.
Vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
"Los
discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Por qué los tuyos
no?"
Jesús
les contestó:
"¿Es
que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos?
Mientras
tienen al novio con ellos, no pueden ayunar. Llegará un día en que se lleven al
novio; aquel día sí que ayunarán.
Nadie
le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado, porque la pieza tira
del manto —lo nuevo de lo viejo— y deja un roto peor.
Nadie
echa vino nuevo en odres viejos;
porque revienta los odres y se pierden el
vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos".
1. Es importante hablar del ayuno cuando
sabemos que, como resultado de
las políticas económicas restrictivas que se nos han impuesto a partir de la última crisis económica, la
brecha y la distancia entre ricos y pobres se ha hecho espantosamente grande
y creciente.
El ayuno era
antiguamente una práctica religiosa libremente asumida por los creyentes. Ahora
el ayuno es una exigencia obligatoria, que los ricos les imponen a los pobres
de la tierra, para acaparar más riqueza a costa del hambre de los necesitados.
Esto es espantoso. Pero es así. El 1 % de la población
mundial obliga a más del 60 % a ayunar en la comida, la salud, la vivienda, la
propia seguridad, la educación...
La codicia de unos pocos impone el hambre de todo a la
enorme mayoría de los ciudadanos. Y a esto le llaman el "Estado de
Derecho". Es la "economía canalla" (Loretta Napoleón).
La más brutal agresión que se ha cometido en la historia
de la humanidad. Antiguamente, eran los "dioses" los que mandaban
ayunar, Hoy son los poderosos y los capitalistas (los nuevos dioses de la
tierra) los que imponen y exigen el ayuno mortal de 35.000 niños desnutridos,
que se mueren cada día.
2. Jesús cortó por lo sano con este tipo de prácticas,
normas y costumbres, propuestas por la religión. Porque, para Jesús, Dios no se
antepone a la vida. Ni entra en
conflicto con la vida de nadie. Ni soporta que la gente se imponga privaciones
y sufrimientos con la ingenua idea de que así se acerca más a lo divino, a lo
sobrenatural, al cielo.
El Padre, del que nos habla Jesús, quiere que
seamos
felices y que disfrutemos de la vida.
3. Por eso aquí debemos recordar lo que dijo, en
nombre de Dios, el profeta Isaías: "Este es el ayuno que yo quiero: soltar
las cadenas injustas, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos,
quebrar todos los yugos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres
sin techo, cubrir a quien ves desnudo, y no desentenderte de los tuyos.
Entonces surgirá tu luz como la aurora, enseguida se curarán tus heridas, ante
ti marchará la justicia, detrás de
ti
la gloria del Señor" (Is 58, 6-8).
San
Fulgencio, obispo
En la ciudad de Écija, en la provincia romana
de Bética (hoy España), san Fulgencio, obispo, hermano de los santos
Leandro, Isidoro y Florentina. Su hermano Isidoro le dedicó su tratado "De
los oficios eclesiásticos". (556-630).
San Fulgencio. Obispo. Nacido en Cartagena en el siglo VI y
fallecido en el año 630.
Hijo de Severiano y Túrtura. Su padre fue un
noble visigodo. San Fulgencio fue el segundo de cinco hermanos, cuatro de los
cuales son considerados santos por la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa.
Sus otros hermanos canonizados son san Isidoro, san Leandro y santa Florentina.
Todos ellos son conocidos como los Cuatro Santos de Cartagena.
San Fulgencio nació en Cartagena en torno al
año 540 y pronto su familia se traslada a Sevilla. En dicha ciudad serían
arzobispos sus hermanos san Leandro y san Isidoro.
San Fulgencio fue obispo de Écija, y como tal
asistió al II Concilio Hispalense (610).
Hombre elocuente y gran orador, Recaredo le
encomendó diversas misiones para su reino.
Fue considerado un hombre sabio, siendo
elevado al rango de doctor de la Iglesia en 1880 por Pío IX.
San Fulgencio es patrón de la diócesis de
Cartagena y, desde el siglo XVI, también da nombre al seminario diocesano de
Murcia. Es además patrón de la ciudad de Plasencia y su diócesis. La festividad
de San Fulgencio se celebra el 16 de enero.
Sus Reliquias, La mayor parte están en la
iglesia de San Juan Bautista de Berzocana (Cáceres), junto con las de su
hermana santa Florentina. También hay reliquias en la catedral de Murcia,
veneradas junto a las de sus tres hermanos santos. Por decisión de Felipe II,
en San Lorenzo del Escorial hay alguna reliquia menor.
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