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DE ENERO - JUEVES
2ª
- SEMANA DEL T.O.-A
San
Arsenio, obispo
Evangelio según san Marcos 3, 7-12
En aquel tiempo, Jesús se
retiró con sus discípulos a la orilla del lago, y lo siguió una muchedumbre de
Galilea. Al enterarse de las cosas que hacía, acudía mucha gente de Judea, de
Jerusalén y de ldumea, de la Transjordania, de las cercanías de Tiro y Sidón.
Encargó a sus discípulos
que le tuvieran preparada una lancha, no lo fuera a estrujar el gentío.
Como había curado a muchos,
todos los que sufrían de algo se le echaban encima para tocarlo. Cuando lo
veían, hasta los espíritus inmundos se postraban ante él gritando:
"Tú eres el Hijo de
Dios".
Pero él les prohibía
severamente que lo diesen a conocer.
1. En este relato, lo que queda más patente es
la enorme atracción que ejerció Jesús sobre el pueblo y la gente en general.
A
Jesús acudía gente de la capital central y de la importante Judea, que viajaban
hasta la lejana
(tenían que atravesar toda
Samaria) Galilea, una región pobre y despreciada por quienes tenían el
privilegio de vivir en el centro. Además, venían gentes incluso del extranjero,
como era el caso de los que acudían desde Idumea, la Transjordania, etc.
Sin
duda, la seducción de Jesús traspasó fronteras, grupos sociales, diferencias
religiosas y culturales.
Jesús
los atraía a todos. ¿Por qué?
2. Porque las gentes más diversas se enteraban
"de las cosas que hacía".
En
principio, no se habla de que se sintieran atraídos por una
"doctrina". Eran los "hechos" los que impresionaba a todo
el mundo y seducían a la gente. Pero aquí es importante caer en la cuenta de
que Marcos organizó sus relatos de
forma que, hasta esta
mención del entusiasmo popular, lo que ha contado es toda una serie de
"hechos" a favor de la salud de los enfermos, de la acogida para con
los pecadores y excluidos, de la liberación de cargas, de preceptos y
normas.
Todo
lo cual le causó a Jesús un conflicto tras otro. Hasta ser visto como un sujeto
sospechoso al que había que vigilar e incluso denunciar (Mc 3, 2). De forma que
las cosas llegaron a ponerse de tal modo que ya hasta se hablaba de
"acabar con él" (Mc 3, 6).
Pues
bien, todo esto es lo que sedujo a las masas de gentes que acudían a Jesús de
todas partes.
3. Y todavía, una cosa importante: la
"gente" o "gentío", que acudía a Jesús, era lo que en
griego se denomina "óchlos"
(Mc 3, 10), y que, en aquel tiempo, designaba a los estratos más humildes, los
que eran calificados como los "ignorantes" y "malditos" (Jn
7, 49) ante la sociedad y ante Dios.
Era
el pueblo oprimido por los impuestos, sobrecargado de trabajo y necesidades,
abrumado por una religión
que les agobiaba. Por todo esto se entiende enseguida que Jesús fue visto como
la luz y la esperanza que se necesitaba.
Entonces
y ahora. Quizá ahora más que entonces.
San
Arsenio, obispo
En la isla de Corfú, en Grecia, san Arsenio,
obispo, que fue un pastor completamente dedicado a su grey y asiduo en la
oración nocturna.
Arsenio nació en Betania, en Palestina,
mientras reinaba Basilio I, el Macedonio (867-86), y después de haber abrazado
la vida monástica a la edad de doce años, completó sus estudios en Seleucia.
Ordenado sacerdote, después de una visita a los lugares santos, se fue a
Constantinopla con Trifón, que fue Patriarca en el 928, quien le dio algunas
tareas en la diócesis. En el 933 Teofilacto, sucesor de Trifón, lo nombró
obispo de Corfú. Se puede sospechar que Teofilacto quería en realidad alejar de
Constantinopla al discípulo querido de Trifón, pero no hay en la «Vita»
indicios que avalen este extremo.
No tenemos ninguna noticia precisa sobre su
actividad episcopal; sabemos tan solo que era muy asiduo a la oración, y que
antiguamente en Corfú se mostraba la gruta donde, según la tradición, Arsenio
acostumbraba retirarse y pasar las noches orando.
Fue a Constantinopla para defender ante
Constantino VII Porfirogénito (912-59) las razones de unos notables de la isla,
y en el viaje de regreso cayó gravemente enfermo, y murió en Corinto. Su cuerpo
fue trasladado a Corfú y enterrado en la iglesia de los Santos Pedro y Pablo.
Lo más probable es que sus reliquias fueran robadas después por los marineros
venecianos. La Iglesia latina y la griega celebran la fiesta de Arsenio el 19
de enero. Además de las mencionadas homilías se atribuye a Arsenio también un
poema anacreóntico sobre el domingo de Pascua.
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