6
de NOVIEMBRE – MIÉRCOLES–
31ª – SEMANA DEL T. O. – C –
San Pedro Poveda Castroverde
Lectura
de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (13,8-10):
A nadie le debáis nada, más que amor; porque el que ama a su
prójimo tiene cumplido el resto de la ley. De hecho, el «no cometerás
adulterio, no matarás, no robarás, no envidiarás» y los demás mandamientos que
haya, se resumen en esta frase: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
Uno
que ama a su prójimo no le hace daño; por eso amar es cumplir la ley entera.
Palabra
de Dios
Salmo: 111,1-2.4-5.9
R/.
Dichoso el que se apiada y presta
Dichoso quien teme al Señor
y ama de corazón sus
mandatos.
Su linaje será poderoso
en la tierra,
la descendencia del
justo será bendita. R/.
En las tinieblas brilla
como una luz el que es
justo,
clemente y compasivo.
Dichoso el que se apiada
y presta,
y administra rectamente
sus asuntos. R/.
Reparte limosna a los pobres;
su caridad es constante,
sin falta,
y alzará la frente con
dignidad. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (14,25-33):
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y
les dijo:
«Si
alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a
sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede
ser discípulo mío.
Quien
no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío.
Así,
¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a
calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los
cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran,
diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.
¿O
qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si
con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si
no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de
paz.
Lo
mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo
mío.»
Palabra
del Señor
1.
El significado central de lo que Jesús afirma, en este evangelio, toca
las
fibras más profundas del corazón humano.
Se trata de poner en segundo
plano, en la organización de nuestra vida, las
relaciones humanas a las que, en principio al menos, se les concede la mayor
importancia. Y se trata, sobre
todo, de escoger (como lo hizo el propio
Jesús) la función más detestable que
una sociedad puede adjudicar a un ciudadano:
la de un delincuente subversivo y al que hay que liquidar (Gerd Theissen).
Esto, ni más ni menos, es lo que
viene a decir Jesús en este discurso.
2.
El problema está en saber lo que el Evangelio quiere enseñar con este
lenguaje y esta mentalidad.
Por supuesto, no se trata de que Jesús
propuso, como ideal de vida, el programa de un delincuente o un terrorista. Los
delincuentes y terroristas son gente peligrosa, gente pervertida y perversa,
canallas que causan demasiado sufrimiento, casi siempre a personas inocentes. Jesús no pudo proponer eso, ni
querer nada que se parezca a eso.
Entonces, ¿qué es lo que Jesús propone
aquí como ideal de vida?
3.
No es un lenguaje ascético. Y, menos aún, un masoquismo propio de gente
trastornada. El proyecto de Jesús se
entiende si ponemos los pies en el suelo, en esta tierra de tanta corrupción y
de tantas y tales injusticias, que, traducidas a expresión fonética, serían el
clamor de un griterío desesperado, desgarrado y de amenaza creciente.
Pues bien, desde el suelo de esta
tierra, lo que se palpa es que quien dice "¡Basta ya!" y actúa en
consecuencia, ese tiene que estar dispuesto a ser visto como un individuo
peligroso, dispuesto a romper los lazos familiares más sagrados, dispuesto a
poner en peligro su propia seguridad y su misma respetabilidad. Porque, en este
mundo, el que quiere tener buen nombre, tiene que aparecer siempre como
equidistante de todo y de todos, en el más "respetado equilibrio".
Pues bien, el que organice así su
vida, ese que se despida del seguimiento de Jesús. Esto es lo que el Evangelio propone: la coherencia ética hasta el límite. Por eso
tendríamos que preguntarnos muy en serio:
- ¿es este el programa pastoral de
nuestros obispos? ¿O tenemos como
pastores de la Iglesia a hombres que lo que
desean es estar bien con todos y
ser apreciados por todos?
De ser así, no vamos a ninguna parte.
San Pedro Poveda Castroverde
San Pedro Poveda nació en Linares
(Jaén) el 3 de diciembre de 1874. Ordenado sacerdote, creó las Escuelas del
Sagrado Corazón para evangelizar a los pobres del barrio de las cuevas de
Guadix y confió a mujeres su proyecto educativo, fundando la Institución Teresiana.
Murió mártir el 28 de julio de 1936.
Fecha de canonización: 4 de mayo de 2003 por S.S. Juan Pablo II
Breve Biografía
Nacido en Linares (Jaén) en 1874 en el seno de una familia muy
cristiana, Pedro José Luis Francisco Javier Poveda Castroverde era el mayor de
seis hermanos. De temprana vocación sacerdotal, ingresa joven en el Seminario
de Jaén, aunque por motivos económicos se traslada con una beca al Seminario de
Guadix (Granada). Compagina los estudios eclesiásticos con los civiles. Fue
ordenado sacerdote en 1897 y, al tiempo que continúa sus estudios, da clases,
atiende catequesis, predica misiones populares, dirige a seminaristas… Su
preocupación por los niños que vivían en las Cuevas de Guadix le lleva a fundar
las Escuelas del Sagrado Corazón, donde ofrece enseñanza gratuita, alimento y
vestido a los más necesitados de esta zona suburbial de la ciudad.
En 1906 es nombrado canónigo de la Basílica de Covadonga (Asturias),
donde permanece hasta 1913. Allí, estudia la situación educativa de la España
de principios de siglo, pensando qué respuesta puede dar desde el humanismo
cristiano para la educación de los niños y la formación de los educadores en el
momento histórico que le toca vivir. Así, en 1911 funda en Oviedo la primera
Academia de la Institución Teresiana. En 1913 regresa a Jaén, donde conocerá a
Josefa Segovia, quien será su fiel colaboradora y cofundadora de la Institución.
En 1921 las Academias, Centros de formación de educadores, cuyo campo principal
de actuación será la escuela pública, estaban en doce poblaciones de
importancia. En 1917 la Institución Teresiana obtiene la aprobación
eclesiástica y civil en Jaén, y en 1924 la aprobación pontificia como Pía
Unión.
El Padre Poveda se traslada a Madrid en 1921, al ser nombrado
Capellán de la Casa Real. Sigue trabajando en la consolidación y expansión de
la Institución Teresiana, participa en la fundación de la FAE (Federación de
Amigos de la Enseñanza), y colabora con proyectos e instituciones a favor del
profesorado católico. El 27 de julio de 1936 es detenido en su casa de Madrid.
Muere mártir, como sacerdote de Jesucristo, el 28 de julio de 1936.
¿Cuáles son los rasgos personales
del Padre Poveda?
Convencido de que la fuerza del Evangelio puede transformar la
realidad, se preocupa por la formación de la persona humana y promueve la
educación como medio de transformación social. Su contacto con realidades de
pobreza, hambre, enfermedad, paro, e injusticia, en su infancia, le lleva a
luchar contra ello y a trabajar por la dignidad humana mediante la formación de
las clases populares; confía en la capacidad de la juventud para transformar el
mundo; reclama y promueve la presencia de la mujer en el campo de la educación,
de la ciencia, de la investigación. Le preocupa la actualización pedagógica del
profesorado, la asociación profesional de los maestros y su promoción social,
así como su compromiso con la realidad desde su ser creyente. Humanista y pedagogo,
educador de educadores, impulsor del laicado, maestro de oración, hombre de
paz, audaz y solidario con los más desfavorecidos, creyó que la renovación de
la educación, de la cultura y de las relaciones entre los hombres eran posibles
desde la fe.
Sacrificado y paciente, manso y humilde, sencillo, afable y
respetuoso, de fino sentido del humor y gran fortaleza interior. Con una
entrega entusiasta a Dios, gran devoción a la Virgen, y filial amor a la
Iglesia. Austero para sí y tolerante con todo excepto con el pecado. El
trabajo, la oración, el estudio, el amor entregado a los demás, el hacer la
voluntad de Dios, fueron constantes en su vida. Poveda es ante todo sacerdote y
apóstol de Jesucristo. Y la Eucaristía, el centro de su existir. Testigo fiel,
acaba dando la vida en testimonio de su fe. Su grandeza se basa en la
coherencia de su vida con el Evangelio, en la intuición de los signos de su
tiempo y en la radicalidad de su entrega a Dios, a los hombres y al mundo que
le tocó vivir.
Fue beatificado por S.S. Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993 y
canonizado el 4 de mayo de 2003.
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