domingo, 13 de septiembre de 2015

Párate un momento: Lecturas del día 14 de Septiembre - LUNES - FIESTA DE LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ




14 de Septiembre - LUNES -
FIESTA
DE LA EXALTACIÓN DE LA CRUZ

Primera lectura Números 21, 4b-9

En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edóm. El pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo”.
El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los
mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: “Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes”.  Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: “Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla”.     Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte.     Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado.

Salmo 77, 1-2. 34-35. 36-37. 38

R// - No olvidéis las acciones del Señor.

Escucha, pueblo mío, mi enseñanza inclina el oído a las palabras de mi boca: que voy a abrir mi boca a las sentencias, para que broten los enigmas del pasado. R//

Cuando los hacía morir, lo buscaban, y madrugaban para volverse hacia Dios; se acordaban de que Dios era su roca, el Dios Altísimo su redentor. R//

Lo adulaban con sus bocas,
pero sus lenguas mentían:
su corazón no era sincero con él,
ni eran fieles a su alianza. R//

Él, en cambio, sentía lástima,
perdonaba la culpa y no los destruía:
una y otra vez reprimió su cólera,
y no despertaba todo su furor. R//

Segunda lectura Filipenses 2, 6-11

Cristo, a pesar de su conndición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se
despojo de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre sobre todo nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Evangelio: Jn, 3,13-17

En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: “Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del Hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó a su Hijo al mundo para Condenar al mundo sino para que el mundo se salve por él".

1. Esta fiesta está asociada a los favores que el emperador Constantino concedió al cristianismo en los años en que más se acentuó su fervor cristiano, que coincidieron con el tiempo en que gobernó como monarca absoluto (324-337) (J. Fernández Ubiña).    El emperador se proclamó elegido por Dios, concedió numerosos privilegios a la Iglesia, y construyo varias basílicas: Hebrón, Belén y, sobretodo, la de la Vera-Crux donde está el calvario y el sepulcro de Jesús muerto en la cruz.

2. Pero, si se medita a fondo el significado de esta festividad, pronto se advierte que “la exaltación" de la cruz, en la que murió Jesús, es en realidad “la perversión» de aquella cruz.    Porque el emperador Constantino, para defender sus intereses políticos transformó la imagen de Jesús: la hizo pasar de la “bondad” a la "victoria", representada en una presunta cruz, como signo con el que se vence (no se Perdona) a los enemigos Macculloch).   De ahí que, para la mentalidad de no pocas personas, la cruz puede tener un valor que resulta ambiguo y equívoco.
La cruz, en efecto, es una imagen de devoción, de respeto, de arte, de adorno o incluso de triunfo y poder, cuando se ha hecho de ella una condecoración para personas ilustres o gente de poder.

3. Esta fiesta debe recordarnos a todos que la cruz tiene que ser para los creyentes en Jesús lo que fue para él.     En la cruz, Jesús venció al “orden de este mundo» al sistema establecido. Venció al mal y abrió el camino a una humanidad nueva. Pero, paradójicamente, Jesús no hizo todo triunfando, sino fracasando.    La cruz fue el signo del enfrentamiento a los poderes de este mundo deshumanizado, que representan el dominio de unos hombres sobre otros.     La cruz debe ser para los cristianos el signo de
la unión que supera las diferencias y discordias.   Y abre así el camino a la tolerancia, el respeto, la justicia, la solidaridad y el amor mutuo.



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