lunes, 28 de septiembre de 2015

Párate un momento: Lecturas del día 29 de Septiembre – MARTES – SANTOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL.



29 de Septiembre – MARTES –
SANTOS  ARCÁNGELES  MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL.
Primera lectura: Daniel 7, 9-10. 13-14

    Durante la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó;  su vestido era blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima;  su trono, llamas de fuego;  sus ruedas, llamaradas.     Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él.     Miles y miles le servían, millones estaban a sus órdenes.     Comenzó la sesión y se abrieron los libros.   Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó ante él.     Le dieron poder real y dominio;  todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán.
Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin.

Salmo 137, 1-8

   R// Delante de los ángeles tañeré para ti, Señor.

•  Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario.   R//

•  Daré gracias a tu nombre:
por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.  R//

•  Que te den gracias, Señor,
los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande. R//
Evangelio: Juan 1, 47-51

   En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: “Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño”.    Natanael le contesta: “¿De qué me conoces?”. Jesús le responde:  “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas
debajo de la higuera, te vi”.   Natanael respondió:  “Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel”.
Jesús le contestó: “¿Por haberte dicho
que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores”.    Y le añadió: “Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir
y bajar sobre el Hijo del hombre”.

1.  Natanael es un hombre transparente, que no engaña; un hombre coherente, piadoso.    Jesús lo conoce y le promete que verá cosas más grandes.
¿Y nosotros?   ¿Cómo somos?   ¿Creemos en Él sólo por los signos extraordinarios?   ¿Vemos los milagros que día a día nos regala?    Tengamos muy presente que poder creer, con sinceridad y coherencia de vida es el milagro más grande que Dios nos hace cada día, abriéndonos el cielo, y que ni nos animamos a tener un encuentro personal con Cristo, si dejamos que Dios habite en nosotros, también veremos cosas nuevas, cosas mas grandes.

2.  Los santos  Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael, son signos de la presencia y el amor de Dios, la Escritura nos presenta a los tres Arcángeles como protectores del pueblo de Dios, y embajadores suyos en la tierra.
En la vida de Santa Teresa de Jesús leemos: “Encomendábame a San Miguel Ángel, con quien por esto tomé nuevamente devoción” (V, 27,1).

3.  En el día en el que celebramos a los ángeles Miguel, Gabriel y Rafael, nos acordamos de todas aquellas personas que nos han ayudado —como si fueran ángeles— en momentos de nuestra vida. Esas personas que nos han acercado a Dios.     Aquellos amigos o familiares
que han estado a nuestro lado en situaciones delicadas.     Quienes, en una circunstancia concreta, nos han acompañado.     Los ángeles, además de en la Biblia, están en nuestras vidas, a
nuestro lado, en donde menos lo imaginamos.    Pero lo mejor, lo más maravilloso de todo, es que también nosotros, con nuestra vida, con
nuestro testimonio, con nuestra ayuda, podemos ser ángeles para los demás.



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