domingo, 16 de marzo de 2025

Párate un momento: El Evangelio del dia 17 - DE MARZO – LUNES – 2ª – SEMANA DE CUARESMA - C SAN PATRICIO, OBISPO

 

 


 

17 - DE MARZO – LUNES –

2ª – SEMANA DE CUARESMA - C

SAN PATRICIO, OBISPO

 

      Lectura de la profecía de Daniel (9,4b-10):

 

  ¡AY, mi Señor, Dios grande y terrible, que guarda la alianza y es leal con los que lo aman y cumplen sus mandamientos!

       Hemos pecado, hemos cometido crímenes y delitos, nos hemos rebelado apartándonos de tus mandatos y preceptos.

  No hicimos caso a tus siervos los profetas, que hablaban en tu nombre a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra.

  Tú, mi Señor, tienes razón y a nosotros nos abruma la vergüenza, tal como sucede hoy a los hombres de Judá, a los habitantes de Jerusalén y a todo Israel, a los de cerca y a los de lejos, en todos los países por donde los dispersaste a causa de los delitos que cometieron contra ti.

  Señor, nos abruma la vergüenza: a nuestros reyes, príncipes y padres, porque hemos pecado contra ti.

  Pero, mi Señor, nuestro Dios, es compasivo y perdona, aunque nos hemos rebelado contra él. No obedecimos la voz del Señor, nuestro Dios, siguiendo las normas que nos daba por medio de sus siervos, los profetas.

 

Palabra de Dios

 

  Salmo: 78,8.9.11.13

 

      R/. Señor, no nos trates

como merecen nuestros pecados

 

   No recuerdes contra nosotros las culpas de nuestros padres; que tu compasión nos alcance pronto,

pues estamos agotados. R/.

   Socórrenos, Dios, Salvador nuestro, por el honor de tu nombre;

líbranos y perdona nuestros pecados a causa de tu nombre. R/.

 Llegue a tu presencia el gemido del cautivo: con tu brazo poderoso, salva a los condenados a muerte. R/.

  Nosotros, pueblo, ovejas de tu rebaño, te daremos gracias siempre,

cantaremos tus alabanzas de generación en generación. R/.

 

       Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,36-38):

 

  EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

  «Sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midiereis se os medirá a vosotros».

 

Palabra del Señor

 

  1.- Daniel sufre por la desgracia de su pueblo; dicha desgracia se ha producido, porque el pueblo no escuchó la voz del Señor, el pueblo ha sido infiel a la Alianza.

  En oración, Daniel hace un reconocimiento vergonzoso del pecado, que ha sido la «rebeldía»; negativa a dejarse liberar, renuencia a escuchar a los profetas, incumplimiento de la Ley. Reconoce el profeta que Dios es fiel y que la justicia pertenece a Dios; por eso implora misericordia y perdón… a la vez quiere suscitar la confianza del pueblo en la fuerza liberadora y salvadora del Señor.

 

   2.- La Cuaresma son 40 días para mirarnos en el espejo de la fe, y reconocer, como Daniel, con vergüenza, nuestras infidelidades y rebeldías (las nuestras y las de nuestra Iglesia y sociedad).

   La confesión sincera de nuestros pecados nos acercará a la misericordia de Dios; dicha confesión muestra nuestra dependencia de su divina gracia y suscita la confianza en el Dios fiel, que en el perdón rehace nuestras vidas por sendas de fidelidad, libertad y salvación.

  Como Daniel, en oración nos dirigimos a ti, Señor: Aturdidos por nuestros pecados, angustiados por nuestras infidelidades, imploramos tu  misericordia, Dios fiel,  para que tu gracia nos libere del mal y de orgullos e individualismos, impulse nuestra unión con Cristo, transforme nuestras vidas, haga de nuestras comunidades eclesiales lugares acogedores y fraternos, nos estimule a servir a los demás, especialmente a los más necesitados, y en camino sinodal, a través de la cuaresma, nos lleva a la Pascua.

 

  3.- Conversión: Es vivir la identidad cristiana, que nos hace ser hijos y pertenecer a la comunidad.

  Algunos elementos clave de nuestra identidad humana son: la familia… el lugar de nacimiento… la raza… la sexualidad… la pertenencia política o religiosa… pudiéramos ampliar mucho la lista.

  La identidad nos hace ser y pertenecer, por eso valoramos tanto nuestra propia identidad.

  La identidad cristiana fundamenta lo que somos: Hijos de Dios, Padre misericordioso.

  Tu identidad más profunda te tiene que llevar a reflejar en tu modo de ser los ra  sgos de tu Padre…

Porque Dios es Padre, tienes que vivir como hijo.

  Porque Dios es compasivo, perdonador, generoso; tú tienes que ser así, misericordioso, perdonador.

  Porque Dios no condena tú no puedes condenar, porque Dios perdona tú tienes que perdonar, porque Dios es amor tú tienes que vivir amando. En la cuaresma convertirnos al Padre, creciendo en el amor misericordioso, nos hace ser mucho más humanos.

  Pero el Evangelio no habla en singular: Tu Padre, sino que dice vuestro Padre; esto es hablar de fraternidad; de familia de Dios, de comunidad en la que se tiene que reflejar la vivencia del amor fraterno, el perdón, la generosidad.

  En camino hacia la Pascua, disfruta viviendo lo que te identifica como cristiano: el amor a Dios y al Hermano.

 

SAN PATRICIO, OBISPO

 

 


"Yo era como una piedra en una profunda mina; y aquel que es poderoso vino, y en su misericordia, me levantó y me puso sobre una pared." -San Patricio

 

Nació alrededor del año 387, en Escocia y murió en Irlanda alrededor del 461. No se conoce con exactitud los datos cronológicos del Apóstol de Irlanda. Su padre Calpurnio era diácono y oficial del ejército romano; su madre era familiar de San Martín de Tours; su abuelo había sido sacerdote ya que en aquellos tiempos no se había impuesto aún la ley del celibato sacerdotal en todo Occidente. Se afirma que fue alrededor del año 403, a la edad de 16 años, que cayó prisionero de piratas junto con otros jóvenes para ser vendido como esclavo a un pagano del norte de Irlanda llamado Milcho. Lo sirvió cuidando ovejas.

 

Trató de huir varias veces sin éxito. La Divina Providencia aprovechó este tiempo de esclavitud, de rudo trabajo y sufrimiento, para espiritualizarlo, preparándolo para el futuro, ya que él mismo dijo que hasta entonces "aún no conocía al verdadero Dios", queriendo decir que había vivido indiferente a los consejos y advertencias de la Iglesia. En un lapso de seis años de trabajo rudo y de sufrimiento por su esclavitud, su alma se templó maravillosamente para la santidad.

 

Por revelación divina, el santo huyó de las tierras de su amo y se embarcó en una nave rumbo a su patria, no sin antes haber pasado por miles de sufrimientos y dificultades. Los datos sobre su preparación, ordenación sacerdotal y luego como Obispo, antes de emprender la conversión de Irlanda son muy confusas; pero se cree que Patricio estudió en Francia y que fue ordenado como sacerdote y luego Obispo por San Germán de Auxerre afín de que evangelice Irlanda.

 

A su arribo a tierras irlandesas, San Patricio permaneció una temporada en Ulster, donde fundó el monasterio de Saul y emprendió, con su energía característica la tarea de conquistar el favor del rey Laoghaire, tierras donde obtuvo -ya sea por su carácter o su don de obrar milagros- una rotunda victoria sobre sus oponentes hechiceros y paganos, y aquel triunfo sirvió para ganar cierta tolerancia a la predicación del cristianismo entre los pobladores de Irlanda. Cuando Patricio había reunido en torno a él numerosos discípulos fieles, como por ejemplo Benigno, destinado a sucederle en la obra de evangelización, progresó rápidamente.

 

Hacia el año 444 se fundó la Iglesia Catedral de Armagh (hoy Armoc), la sede principal de Irlanda, convirtiéndose luego en centro de administración y educación. Posteriormente, es probable que el santo haya convocado un Sínodo, casi al final de sus días, pues su salud estaba quebrantada por las austeridades sufridas y los interminables viajes.

Definitivamente, la vida de este santo se caracterizó por una presencia tanto humana como divina; el prodigio de la abundantísima cosecha que Dios le permitió recoger en Irlanda, estaba siempre presente entre el santo y le colmaba de gratitud. Es positivamente cierto que, en 30 años de apostolado, San Patricio convirtió a "toda Irlanda" al cristianismo.

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario