27 - DE
MARZO – JUEVES –
3ª –
SEMANA DE CUARESMA - C
Stª – LIDIA
Lectura del libro de Jeremías
(7,23-28):
ESTO dice el Señor:
«Esta
fue la orden que di a mi pueblo:
“Escuchad
mi voz, Yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo. Seguid el camino que
os señalo, y todo os irá bien”.
Pero no escucharon ni hicieron caso. Al contrario, caminaron según sus
ideas, según la maldad de su obstinado corazón. Me dieron la espalda y no la
cara.
Desde que salieron vuestros
padres de Egipto hasta hoy, os envié a mis siervos, los profetas, un día tras
otro; pero no me escucharon ni me hicieron caso. Al contrario, endurecieron la
cerviz y fueron peores que sus padres.
Ya puedes repetirles este discurso, seguro que no te escucharán; ya puedes
gritarles, seguro que no te responderán.
Aun
así les dirás:
“Esta
es la gente que no escuchó la voz del Señor, su Dios, y no quiso escarmentar.
Ha desaparecido la sinceridad, se la han arrancado de la boca”».
Palabra de Dios
Salmo
94,1-2.6-7.8-9
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón»
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su
presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. R/.
Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo
al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. R/.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando
vuestros padres me pusieron a prueba y me
tentaron, aunque habían visto mis obras». R/.
Lectura del santo evangelio
según san Lucas (11,14-23):
EN aquel tiempo, estaba Jesús echando un demonio que era mudo.
Sucedió
que, apenas salió el demonio, empezó a hablar el mudo. La multitud se quedó
admirada, pero algunos de ellos dijeron:
«Por
arte de Belzebú, el príncipe de los demonios echa los demonios».
Otros,
para ponerlo a prueba, le pedían un signo del cielo.
Él,
conociendo sus pensamientos, les dijo:
«Todo
reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa. Si, pues,
también Satanás se ha dividido contra sí mismo, ¿cómo se mantendrá su reino?
Pues vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú. Pero, si
yo echo los demonios con el poder de Belzebú, vuestros hijos, ¿por arte de
quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo
los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a
vosotros.
Cuando
un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros,
pero, cuando otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se
fiaba y reparte su botín.
El
que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama».
Palabra del Señor
1.-
A través del libro de Jeremías se
conoce bastante bien la personalidad del profeta, su itinerario trágico y
también conmovedor, y sus vivencias más profundas respecto de la dificultad de
su misión.
Jeremías
fue un profeta al que el Señor le encomendó una misión difícil. Cae Jerusalén y
sufren el destierro a Babilonia. Quiere a su pueblo, está comprometido con él,
pero por encima está su fidelidad a Yahvé. “Se siente desgarrado entre la
nostalgia de los oráculos de promesa y la presencia de los oráculos de amenaza
que Dios le impone; entre la solidaridad con su pueblo que le empuja a la
intercesión, y la Palabra de Dios que le ordena apartarse y no interceder; en
definitiva, entre la obediencia a la misión divina y la solidaridad con su
pueblo doliente” (de la Nueva Biblia Española)
2.- En el inicio del capítulo 7 Jeremía recibe una palabra del Señor,
una palabra que invita al pueblo a la autenticidad del culto “Escuchad judíos
la palabra del Señor, los que entráis por esas puertas a adorar al Señor.
“Cambiad vuestra conducta y vuestras
acciones y habitaré en este lugar" (Jr. 3), se refería al culto en el
templo, “si enmendáis vuestra conducta y vuestras acciones, si juzgáis
rectamente entre un hombre y su prójimo, si no explotáis al forastero, al
huérfano y a la viuda, si no derramáis sangre inocente en este lugar, si no
seguís a dioses extranjeros, para vuestro mal, entonces habitaré con vosotros
en este lugar” (Jr.5-7).
Estas palabras del Señor a Jeremías, nos
invita a hacer una reflexión sobre la autenticidad de nuestro culto y la
confrontación con nuestras actitudes de cada día
Yahvé vuelve a decirles por boca del
profeta unas palabras que subrayan de nuevo la necesidad de conversión. Lo
único que les mandé fue esto: yo seré vuestro Dios y vosotros seréis mi pueblo;
seguid fielmente el camino que os he prescrito y todo os irá bien” (Jr. 23).
Estas palabras seguro que las transmitió
Jeremías lleno de agradecimiento a Dios y confianza en que su pueblo iba a
escucharle, pero su pueblo NO escuchó su voz, Israel no quiso obedecer (del
Salmo 80).
3.- Es importante destacar la preocupación de Dios por su pueblo, unas
veces para recordarle los primeros momentos de fidelidad y otras para
recriminarle por su obstinación. Este texto describe actitudes que se
vivieron hace muchos siglos pero que muchas de ellas “no prescriben” es decir
las encontramos a nuestro alrededor o en nuestra propia vida, quizá. El profeta
Jeremías nos da ejemplo de fidelidad a Yahvé aún en circunstancias muy
difíciles. Hoy también manifestar nuestra posición fiel a lo que Dios quiere
requiere a veces mucha valentía.
Agradezcamos la fidelidad de Dios que
acompaña al pueblo elegido, le reprende una y otra vez y una y otra vez le
propone caminos de conversión. “como un padre siente ternura por sus hijos…”
Este es un pueblo de dura cerviz, que con frecuencia encuentra cualquier
idolillo al que servir… ¿podíamos ser nosotros?
4.- La multitud quedó admirada, pero algunos
dijeron…
“Estaba Jesús echando un demonio ...”
Estaba Jesús ayudando a una persona a liberarse de un mal y no podía hablar. En
Mt 7,37 leemos, refiriéndose a Jesús, “todo lo hizo bien, curar a los ciegos,
hablar a los mudos…”
“Los Evangelios dejan muy claro que una
de las acciones que Jesús realizo con frecuencia fue la expulsión de demonios.
En algunos casos se trataba de enfermedades puramente físicas, como es el caso
del joven epiléptico, al que Jesús cura tras bajar del monte en el que se
transfiguró, ante tres de sus discípulos. En otros casos eran enfermedades
psíquicas como, por ejemplo, la depresión, la obsesión o la adicción”. (Fray
Julián de Cos, O.P.)
En
cualquier caso, la persona necesita ser liberada de algo que la tiene presa. El
espíritu del mal tiene mucha fuerza para retener a las personas en su reino.
“La gente quedó maravillada. Pero
algunos dijeron: Expulsa a los demonios con el poder de Belzebú “(Lc. 15).
Jesús pone de manifiesto en su contestación que actúa con el poder de Dios, el
Espíritu está con Él, o el dedo de Dios como se expresa en Lucas. “Si yo echo
los demonios con el poder de Dios es que el Reino de Dios ha llegado a
vosotros”. (Lc 20).
Jesús
muestra su autoridad sobre Satanás liberando al hombre de sus esclavitudes “el
mudo comenzó a hablar” y proclamando la llegada del Reino de Dios.
El espíritu del mal, su reino, también
está en este mundo, Jesús, es capaz de arrojarlo fuera de nuestra vida. Hay una
línea sutil que separa las posibilidades del hombre de obrar según el espíritu
de Jesús o el espíritu del mal, de aquí la necesidad de pedir al Señor la
Gracia del discernimiento. El que no está conmigo está contra mí, nos dirá
Jesús.
Ante la intervención de Jesús a favor de
aquel hombre, la multitud quedó admirada, pero, algunos ponen de manifiesto la
hostilidad que se ha venido dando entre Jesús y los fariseos, y buscan razones
para no ver el origen del poder de Jesús. Jesús les responde con autoridad.
Muchas veces, también nosotros tenemos
dificultad en reconocer hechos, maravillosos o no, que hacen otras personas por
el bien de la humanidad, de la familia, de la comunidad, del barrio. Es
importante que el Señor nos ayude a limpiar los ojos y el corazón para ver y
reconocer.
Pasó haciendo el bien y curando a los
oprimidos por el diablo (cf Hch10,38)
Señor, nosotros también, muchas veces,
como el pueblo elegido, no escuchamos tu voz, no queremos complicarnos la vida
en favor de los demás, nos cuesta a veces ser mensajeros de tu Palabra, y
sabemos que hoy como entonces, no te cansas de enviarnos mensajes y mensajeros
para renovar nuestro compromiso de fidelidad.
Ayúdanos para que el espíritu del mal no
habite en nuestro corazón y seamos capaces de descubrir todo el bien y la
bondad que hay a nuestro alrededor. También nosotros queremos “pasar por este
mundo haciendo el bien”
Gracias por que nunca te cansas de
llamarnos a la conversión y a nuestro compromiso por vivir según tu Palabra.
Stª – LIDIA
Martirologio
Romano: Conmemoración de santa Lidia de Tiatira,
vendedora de púrpura, que fue la primera que creyó en el Evangelio en Filipos,
en Macedonia, cuando lo predicó el apóstol san Pablo (s. I).
Ser el primero en hacer algo es un modo seguro de hacer que tu nombre figure
en el libro de los récords. La primera persona en dar la vuelta al globo. La
primera persona en correr la milla en menos de tres minutos. La primera persona
en llegar al Polo Sur. Lidia también fue una de las primeras. Su familia fue la
primera en Europa en convertirse al cristianismo y ser bautizada.
Lidia era una comerciante de púrpuras. Eso podría no significar mucho para
nosotros hoy en día, pero en el siglo primero eso significaba que era una mujer
muy rica. Dado que el tinte de la púrpura se extraía con muchas dificultades de
cierto molusco, sólo una elite podía permitirse tener telas teñidas de ese
color. Una mercader que vendiera ese tinte tan extremadamente costoso era rica,
se mirase como se mirase.
La riqueza se cita a menudo como uno de los principales obstáculos al
crecimiento espiritual.
Se nos advierte que "es más fácil para un camello pasar por el ojo de
una aguja que para un rico entrar en el Reino de los Cielos". Eso no
significa, sin embargo, que ser pobre te haga mejor automáticamente. Una
persona pobre que acumula unas pocas posesiones no es mejor que una persona
rica que acumula muchas. No hay indicaciones de que Lidia abandonara su negocio
tras convertirse al cristianismo. Pero hay muchas pruebas de que utilizó su
fortuna sabiamente.
Entendió que el valor real de la riqueza reside en el modo en que la usas,
no en cuánto tienes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario