24 - DE
MARZO – LUNES –
3ª –
SEMANA DE CUARESMA – C
Stª – Catalina de
Suecia
Lectura del segundo libro de
los Reyes (5,1-15a):
EN aquellos días, Naamán, jefe del
ejército del rey de Siria, era hombre notable y muy estimado por su señor, pues
por su medio el Señor había concedido la victoria a Siria.
Pero,
siendo un gran militar, era leproso.
Unas
bandas de arameos habían hecho una incursión trayendo de la tierra de Israel a
una muchacha, que pasó al servicio de la mujer de Naamán.
Dijo
ella a su señora:
«Ah,
si mi señor pudiera presentarse ante el profeta que hay en Samaría. Él lo
curaría de su lepra».
Fue
(Naamán) y se lo comunicó a su señor diciendo:
«Esto
y esto ha dicho la muchacha de la tierra de Israel».
Y
el rey de Siria contestó:
«Vete,
que yo enviaré una carta al rey de Israel».
Entonces
tomó en su mano diez talentos de plata, seis mil siclos de oro, diez vestidos
nuevos y una carta al rey de Israel que decía:
«Al
llegarte esta carta, sabrás que te envío a mi siervo Naamán para que lo cures
de su lepra».
Cuando
el rey de Israel leyó la carta, rasgó sus vestiduras, diciendo:
«¿Soy
yo Dios para repartir vida y muerte? Pues me encarga nada menos que curar a un
hombre de su lepra. Daos cuenta y veréis que está buscando querella contra mí».
Eliseo,
el hombre de Dios, oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestiduras y
mandó a que le dijeran:
«Por
qué has rasgado tus vestiduras? Que venga a mí y sabrá que hay un profeta en
Israel».
Llegó
Naamán con sus carros y caballos y se detuvo a la entrada de la casa de Eliseo.
Envió este un mensajero a decirle:
«Ve
y lávate siete veces en el Jordán. Tu carne renacerá y quedarás limpio».
Naamán
se puso furioso y se marchó diciendo:
«Yo
me había dicho: “Saldrá seguramente a mi encuentro, se detendrá, invocará el
nombre de su Dios, frotará con su mano mi parte enferma y sanaré de la lepra”.
El Abaná y el Farfar, los ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas
de Israel? Podría bañarme en ellos y quedar limpio».
Dándose
la vuelta, se marchó furioso. Sus servidores se le acercaron para decirle:
«Padre
mío, si el profeta te hubiese mandado una cosa difícil, ¿no lo habrías hecho?
¡Cuánto más si te ha dicho: “Lávate y quedarás limpio”!».
Bajó,
pues, y se bañó en el Jordán siete veces, conforme a la palabra del hombre de
Dios. Y su carne volvió a ser como la de un niño pequeño: quedó limpio.
Naamán
y toda su comitiva regresaron al lugar donde se encontraba el hombre de Dios.
Al llegar, se detuvo ante él exclamando:
«Ahora
conozco que no hay en toda la tierra otro Dios que el de Israel».
Palabra de Dios
Salmo: 41,2.3;42,3.4
R/.
Mi alma tiene sed del Dios vivo:
¿cuándo
veré el rostro de Dios?
V/. Como busca la cierva
corrientes de agua, así mi alma te busca a ti, Dios mío. R/.
V/. Mi alma tiene sed de
Dios, del Dios vivo: ¿cuándo entraré a ver el rostro de Dios? R/.
V/. Envía tu luz y tu
verdad: que ellas me guíen y me conduzcan hasta tu monte santo, hasta tu morada. R/.
V/. Me acercaré al altar
de Dios, al Dios de mi alegría; y te daré gracias al son de la cítara, Dios, Dios mío. R/.
Lectura
del santo evangelio según san Lucas (4,24-30):
HABIENDO llegado Jesús a Nazaret, le dijo
al pueblo en la sinagoga:
«En verdad os digo que ningún profeta es aceptado en su pueblo. Puedo
aseguraros de que en Israel había muchas viudas en los días de Elías, cuando
estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses y hubo una gran hambre en todo
el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías sino a una viuda de
Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en
tiempos del profeta Eliseo, sin embargo, ninguno de ellos fue curado sino
Naámán, el sirio».
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose,
lo echaron fuera del pueblo y lo llevaron hasta un precipicio del monte sobre
el que estaba edificado su pueblo, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús se abrió paso entre ellos y seguía su camino.
Palabra del Señor
1. La
historia de Naamán, el gran general sirio, nos interpela en este tiempo de
Cuaresma. En primer lugar, este hecho nos muestra que la salvación de Dios no
tiene fronteras. Pero la pedagogía de Dios no sigue nuestros esquemas. Es
necesario tener una mente abierta y un corazón agradecido.
Naamán
esperaba grandes recibimientos, ritos y algo espectacular; Viene preparado para
eso con sus tesoros. En cambio, el profeta Eliseo ni siquiera sale a recibirlo
solo le envía un mensaje: «Ve y lávate siete veces en el Jordán. Tu carne
renacerá y quedarás limpio» (Rey 5,10)
2.- El
desconcierto se vuelve enojo e indignación; El general sirio decide irse
ofendido. Es la oportuna intervención de sus servidores la que lo hace
recapacitar. Como indicaba Gustavo Gutiérrez: «Lo que creemos conocer nos
impide estar atento a lo nuevo.» Es interesante que nos cueste reconocer el
obrar de Dios en lo ordinario de la vida y que esperemos por el contrario algo
extraordinario. Necesitamos la voz serena de los que viven la sabiduría de lo
cotidiano. Este tiempo cuaresmal puede ser un tiempo propicio para no esperar
cosas espectaculares, pero si disfrutar de lo extraordinario que trae el día a
día.
Naamán tuvo
que dejarse desestructuras por Dios, ¿de qué manera estoy dejando que el
Señor “rompa mis esquemas”?
3.- El texto del evangelio que escuchamos
se enmarca en la sinagoga de Nazaret donde Jesús proclama su misión. Jesús hace
suyo el pasaje de Isaías, «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha
ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la
libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a
proclamar el año de gracia del Señor» (Lc 4,18-19).
Manifiesta su misión; Sin embargo este
anuncio provoca perplejidad de quienes lo han conocido como uno más entre
ellos. Daniel Kerber refiriéndose a este pasaje dice: «La familiaridad con
Jesús se transforma en un obstáculo para creer. Es como decir: es uno demasiado
parecido a nosotros.»
Si el tiempo cuaresmal es un momento
oportuno para la reflexión, la interioridad y la conversión, que bueno es
dejarnos interpelar por la persona del Señor que nos sale al encuentro. La
salvación que se ofrece de manera permanente sólo necesita ser aceptada, el
“hoy” en el texto indica el carácter actual de la propuesta: « Hoy se ha
cumplido este pasaje de la Escritura que acabáis de oír». (Lc 4,21)
4.- La conversión implica una apertura de la
mente y el corazón para percibir la acción de Dios en la cotidianeidad de
nuestra vida. Es una invitación a redescubrir en lo conocido lo misterioso del
obrar de Dios.
La reacción de los vecinos de Jesús es el
obstáculo para su misión sin embargo eso no lo detiene, por el contrario, se
abre camino. El anuncio de la Buena Noticia siempre nos impulsa a ser creativo
y poner nuestras capacidades y energías en la tarea.
Que estos
días de Cuaresma nos dejemos sorprender por Dios que se manifiesta en lo
cotidiano de nuestra vida.
Stª – Catalina de Suecia
Martirologio
Romano: En Vástena, en Suecia, santa Catalina,
virgen, hija de santa Brígida, que, casada contra su voluntad, con
consentimiento de su cónyuge conservó la virginidad y, al enviudar, se entregó
a la vida piadosa. Peregrina en Roma y en Tierra Santa, trasladó los restos de su
madre a Suecia y los depositó en el monasterio de Vástena, donde ella misma
tomó el hábito monástico († 1381).
Etimológicamente: Catalina = Aquella que es pura y casta, es de origen griego.
A Catalina de
Suecia o de Vadstena nació alrededor del año 1331 del matrimonio formado por el
príncipe Ulf Gudmarsson y Brigitta Birgesdotter; fue la cuarta de ocho
hermanos. La educaron, como era frecuente en la época, al calor del monasterio;
en este caso lo hicieron las monjas de Riseberga.
Contrajo
matrimonio con el buen conde Egar Lyderson van Kyren con quien acordó vivir su
matrimonio en castidad; ambos influyeron muy positivamente en los ambientes
nobles plagados de costumbres frívolas y profanas.
Brígida, su madre,
ha tenido la revelación de fundar la Orden del Santísimo Salvador que tenga
como fin alabar al Señor y a la Santísima Virgen según la liturgia de la
Iglesia, reparar por las ofensas que recibe de los hombres, propagar la oración
contemplativa -preferentemente de la Pasión- para la salvación de las almas.
Madre e hija se
encuentran juntas en Roma. Cuando Catalina tiene planes de regresar a su casa
junto al esposo, Brígida comunica a su hija otra revelación sobrenatural de
Dios: ha muerto su yerno. Esto va a determinar el rumbo de la vida de Catalina
desde entonces. Ante el lógico dolor y la depresión anímica que sufre, es
sacada de la situación por la Virgen. Es en estas circunstancias cuando muestra
ante su madre la firme disposición interna a pasar toda suerte de penalidades y
sufrimientos por Jesucristo. Las dos juntas y emprenden una época de oración
intensa, de mortificación y pobreza extrema; sus cuerpos no conocen sino el
suelo duro para dormir; visitan iglesias y hacen caridad. La joven viuda
rechaza proposiciones matrimoniales que surgen frecuentes, llegando algunas
hasta la impertinencia y el acoso. Peregrinan a los santuarios famosos y
organizan una visita a Tierra Santa para empaparse de amor a Dios en los
lugares donde padeció y murió el Redentor.
En el año 1373 han regresado, muere en Roma Brígida y Catalina da sepultura
provisional en la Ciudad Eterna al cadáver de su madre en la iglesia de san
Lorenzo. El traslado del cuerpo en cortejo fúnebre hasta Suecia es una continua
actividad misionera por donde pasa. Catalina habla de la misericordia de Dios
que espera siempre la conversión de los pecadores; va contando las revelaciones
y predicciones que Dios hizo a su santa madre.
Söderkoping es el
lugar patrio que recibe la procesión en 1374 como si fuera un acto triunfal. Se
relatan conversiones y milagros que se suceden hasta depositar los restos en el
monasterio de Vadstena, donde entra y se queda Catalina, practicando la regla
que vivió durante veinticinco años con su madre.
Un segundo viaje a
Roma durará cinco años; tendrá como meta la puesta en marcha del proceso de
canonización de la futura santa Brígida y la aprobación de la Orden del
Santísimo Salvador. A su regreso a Vadstena, muere el 24 de marzo de 1381.
Aparte de las
revelaciones que tuvo y de las predicciones sobrenaturales que hizo la santa,
se cuenta de ella la finura de alma que le llevó a la confesión diaria durante
veinticinco años -no por ser escrupulosa- y que consiguió la confesión
arrepentida de impenitentes a punto de morir. También se habla de luces que
rodean el cuerpo inerte después de su muerte, de una estrella que pudo verse
por un tiempo señalando el lugar del reposo y de luminosidades que refulgían
junto al sarcófago. No es extraño que la leyenda haya querido dejar su huella
intentando hacer que los sentidos descubran la magnanimidad de su alma que sólo
es perceptible por lo externo. Por eso dijeron que nunca mamó la leche de la
nodriza mundana mientras buscaba el pecho de su madre santa y de otras mujeres
honestas. Igualmente contaron que libró a Roma de inundación entrando sus pies
en el Tiber y hablaron de la liberación de una posesa.
De todos modos,
los santos de ayer y de hoy, siempre han sido puntos de inflexión de la gracia
para el bien de todos los hombres.
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