domingo, 4 de octubre de 2015

Párate un momento: Lectura del día TÉMPORAS DE ACCION DE GRACIAS Y PETICIÓN




5 de Octubre  - LUNES –
TÉMPORAS  DE  ACCION  DE GRACIAS  Y  PETICIÓN

Primera lectura: Deuteronomio 8, 7-18
   Habló Moisés al pueblo, diciendo: “Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta hartarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado.
Pero cuidado, no te olvides del Señor, tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te mando hoy.     No sea que, cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final.
Y no digas: «Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas».
Acuérdate del Señor, tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy.”

Salmo 1 Crónicas 29, 10-12

R//  Tú eres Señor del Universo.
• Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos.   R// 

• Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra.   R// 

• Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria.  R// 

• Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos.  R// 

Segunda lectura: 2 Corintios 5, 17-21

  Hermanos: El que es de Cristo es una criatura nueva.    Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.    Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación.    Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, ya nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación.    Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio.    En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios.
Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.

Evangelio: Mt 7,7-11

   En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: “Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
 Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va dar una piedra?;   y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente?
Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos,  ¿cuánto más vuestro Padre del Cielo dará cosas buenas a los que le piden?”.

1.  Las “Témporas” son los días que la Iglesia, siguiendo una costumbre que data del s. Xl, dedicaba a la oración y a la penitencia, al comenzar cada trimestre del año eclesiástico.    En la práctica, esta costumbre ha caído en desuso, y de ella solo queda la fiesta litúrgica.

2.  Se ha cuestionado seriamente si tiene o no tiene sentido la oración de petición.
¿Qué sentido puede tener pedirle a Dios alguna cosa?   Dios sabe lo que necesitamos y quiere lo mejor para nosotros.   Por tanto,  ¿para qué pedirle lo que a nosotros nos interesa, cuando puede ocurrir que Dios, en su sabiduría, ve que lo que le pedimos no nos conviene?   
¿No sería un acto de fe más profundo dejar que Dios nos conceda lo que Él ve que realmente necesitamos?
¿No es más importante la confianza en Dios que la insistencia en nuestros intereses?
Por lo demás, la experiencia nos enseña
que a Dios se le piden cosas que no se nos conceden.    Por tanto, no parece que este evangelio tenga razón de ser.

3.  Cuando hablamos de la oración de petición, deberíamos tener presente que “orar por algo”,  en realidad es “desear algo”.    Cuando anhelamos una cosa, estamos orando por tal cosa.
Por lo demás, en ninguna parte está garantizado que la oración sea infalible.
Ni sabemos con seguridad si realmente Dios interviene en los acontecimientos de esta vida.    Es más,  ¿existen realmente los “milagros”?
El único efecto seguro, que tiene la oración de petición, es que el Padre del Cielo “dará su Espíritu a los que se lo piden” (Lc 11, 13 b).
 En cualquier caso, es enteramente razonable pensar que la oración de petición tiene pleno sentido, porque es humano que, cuando nos vemos en apuros o sentimos que necesitamos algo, acudamos a quien nos da confianza o alivia nuestras preocupaciones o carencias.
Se suele decir que en las trincheras no hay ateos.   Y es verdad.
Porque así es la condición humana.
Además, la oración de petición nos hace sentir que Dios da sentido a nuestras vidas, sobre todo cuando nos vemos en situaciones de dificultad o peligro.


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