domingo, 25 de octubre de 2015

Párate un momento: Evangelio del Lunes





26 de Octubre –LUNES-
XXXª  - Semana del Tiempo Ordinario

Evangelio: Lc 13,10-17

   Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.    Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y andaba encorvada, sin poderse enderezar.    Al verla, Jesús la llamó y le dijo: “Mujer, quedas libre de tu enfermedad”.     Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha.    Y glorificaba a Dios.    Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, dijo a la gente: “Seis días tenéis para trabajar: venid esos días a que os curen, y no los sábados”.     Pero el Señor dirigiéndose a él dijo: “Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata del pesebre al buey o al burro, y lo lleva a abrevar aunque sea sábado?   Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no había que soltarla en sábado?”.    A estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba de los milagros que hacía.

1.   Por más discutibles que sean las obligaciones sobre el descanso del sábado, tal como las explicaban los rabinos del tiempo de Jesús, sabemos que siempre han existido (y existen) observantes integristas: en tiempos de Jesús, los fariseos hipócritas; en la actualidad los fundamentalistas ortodoxos.    Estos grupos son siempre peligrosos.    Porque anteponen las observancias de los rituales religiosos (tal como ellos las interpretan a la vida misma de las personas.    Esto es lo que queda patente en este relato.

2.   Por este motivo, Jesús se enfrenta directamente a la religión. Además, en este caso, lo que estaba en juego era la salud y la libertad de una mujer a la que Satanás “tenía encadenada”.    Jesús no toleraba el sufrimiento de los enfermos. Y cuando se trataba de mujeres, aún menos. Siempre las curaba (menos en casos excepcionales) sin que las mujeres se lo pidieran.

3.   Pero lo más fuerte que hay en este relato es que Jesús les echa en cara a los fundamentalistas religiosos que, con sus observancias integristas, en realidad lo que hacen es practicar una religión que trata a las personas peor que a los burros.    Porque no tienen dificultad en desatar al burro para que beba, pero no consienten desatar a una mujer esclavizada por las creencias que tienen su origen en el otro mundo.


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