miércoles, 1 de marzo de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 3 – DE MARZO – VIERNES – 1ª SEMANA DE CUARESMA – A Santa Catalina Drexel

 

 


3 – DE MARZO – VIERNES –

1ª SEMANA DE CUARESMA – A  

Santa Catalina Drexel

 

Lectura de la profecía de Ezequiel (18,21-28):

 

ESTO dice el Señor Dios:

«Si el malvado se convierte de todos los pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos cometidos; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado —oráculo del Señor Dios—, y no que se convierta de su conducta y viva?

Si el inocente se aparta de su inocencia y comete maldades, como las acciones detestables del malvado, ¿acaso podrá vivir? No se tendrán en cuenta sus obras justas. Por el mal que hizo y por el pecado cometido, morirá.

Insistís: No es justo el proceder del Señor. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto?

Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 129,1-2.3-4.5-7a.7bc-8

 

R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,

¿quién podrá resistir?

 

V/. Desde lo hondo a ti grito, Señor;

Señor, escucha mi voz;

estén tus oídos atentos

a la voz de mi súplica. R/.

 

V/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,

¿quién podrá resistir?

Pero de ti procede el perdón,

y así infundes temor. R/.

 

V/. Mi alma espera en el Señor,

espera en su palabra;

mi alma aguarda al Señor,

más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,

como el centinela la aurora. R/.

 

V/. Porque del Señor viene la misericordia,

la redención copiosa;

y el redimirá a Israel

de todos sus delitos. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,20-26):

 

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil” tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego.

Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.

Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».

 

Palabra del Señor

 

1.  Estas palabras del Sermón del Monte contienen una enseñanza muy fuerte, porque, en definitiva, lo que aquí se dice es que Jesús antepone la buena relación con el prójimo a la buena relación con Dios. Porque Jesús viene a decir: antes de acercarte a Dios, acércate a quien tenga algo contra ti.

Por eso, leyendo este evangelio, hay que preguntarse:   

- ¿Qué queda de todo esto en nuestra sociedad a la que llamamos "cristiana"?   

Más aún: los católicos, la Iglesia,

- ¿hemos tomado en serio lo que dijo Jesús?

El problema no está en la inevitable debilidad que es propia de la condición humana. El problema está en que hemos organizado una forma de vivir la fe en la que pensamos que estas palabras de Jesús son compatibles y se pueden armonizar con nuestras enemistades, nuestros resentimientos y nuestras intolerancias.

 

2.  De lo dicho se sigue una consecuencia tremenda, indicada ya en los profetas y en los libros sapienciales de Israel: el que pretende practicar el culto religioso, a sabiendas de que está causando sufrimientos y odios que no soluciona, le provoca horror a Dios (Os 6,6; Prov 15,8; 21, 3. 27; Edo 31, 21-24; 35, 1-3).

En esas condiciones, lo mejor que haces es no acercarte al altar.

 

3.  Jesús no aclara si las quejas de tu hermano contra ti están o no justificadas. Y menos aún explica si la "ortodoxia" doctrinal justifica las "excomuniones" de los dogmáticos. Sea lo que sea de estas cosas, lo que es cierto es que hay derecho a pensar que Jesús no puede estar presente en una Iglesia tan dividida y enfrentada. Y entre unos católicos que se desprecian unos a otros.

 

4.  Si presentásemos un manjar exquisito en un plato roto, sucio y feo, posiblemente perdería todo su aspecto apetecible. Algo así son nuestras ofrendas a Dios si pretendemos agradarle sin preocuparnos de vivir en caridad con los hermanos.

La penitencia cuaresmal es, entre otras cosas, dolerse de la dureza de nuestro corazón en el trato con los hermanos. Esto es justo lo contrario al amor de Dios. Porque Dios nos ama, determinó nuestra existencia; porque nos sigue amando, nos mantiene en la existencia. Dios es ese Padre que ama incluso a los que tantas veces no lo merecemos, «haciendo salir el sol sobre buenos y malos» (Mt 5,45). La Cuaresma es tiempo para pedir el conocimiento cada vez más profundo del infinito amor misericordioso de Dios que mira con amor al pecador. Jesús es el rostro humano del Dios bueno y humilde que no «se ofende», sino que con una inmensa compasión busca al pecador para abrazarlo. La parábola de ir de camino hacia el pleito nos recuerda que la caridad con el prójimo es la tarea fundamental de nuestra vida. Es la mejor disposición para presentarnos delante de Dios al final de nuestra vida. Imaginar el fin de nuestra vida, preguntarnos cómo nos gustaría estar delante de Dios en el día final, nos ayuda a mejorar nuestro presente, a mantenernos en la luz del amor de Dios.

 

Santa Catalina Drexel




Martirologio Romano: En Filadelfia, del estado de Pensilvania, en los Estados Unidos de Norteamérica, santa Catalina Drexel, virgen, que fundó la Congregación de las Hermanas del Santísimo Sacramento y utilizó los bienes de su herencia con largueza y benignidad, en educar y ayudar a indios y negros (1955).

Fecha de canonización: 1 de octubre de 2000 por el Papa Juan Pablo II

Etimológicamente: Catalina = Aquella que es pura y casta, es de origen griego.

 

BIOGRAFIA

Nacida en Filadelfia, Pensilvania, en los Estados Unidos de América, el 26 de noviembre de 1858, Catalina Drexel fue la segunda hija de Francis Anthony Drexel y Hannah Langstroth. Su padre era un bien conocido banquero y filántropo. Ambos padres inculcaron en sus hijas la idea de que su riqueza simplemente era prestada a ellos y debía ser compartida con otros.

Cuando la familia hizo un viaje al Oeste de los Estados Unidos, Catalina, como una mujer joven, vio la condición y degradación de los nativos indio-americanos. Esta experiencia despertó su deseo de hacer algo específico para ayudar a aliviar su condición. Éste fue el inicio de una vida de apoyo personal y financiero a numerosas misiones y misioneros en los Estados Unidos. La primera escuela que ella estableció fue la St. Catherine Indian School en Santa Fe, Nuevo México (1887).

         Después, cuando visitó al Papa León XIII en Roma, le pidió proveer de misioneros para algunas de las misiones indias que ella como una persona laica estaba financiando, se sorprendió al oír al Papa sugerirle que ella misma se haga misionera. Después de consultar con su director espiritual, el Obispo James O´Connor, tomó la decisión de entregarse totalmente a Dios, junto con su herencia, a través del servicio a los indios americanos y a los afro-americanos.

Su riqueza se transformó ahora en una pobreza de espíritu que se volvió una constante diaria en su vida, recibiendo apoyo tan sólo para sus necesidades básicas. El 12 de febrero de 1891, ella profesó sus primeros votos como una religiosa, fundando a las Hermanas del Santísimo Sacramento cuya dedicación sería compartir el mensaje del Evangelio y la vida en la Eucaristía entre los indios americanos y afro-americanos.

Siendo desde siempre una mujer de oración intensa, Catalina encontró en la Eucaristía la fuente de su amor para el pobres y oprimidos y de su preocupación para combatir los efectos de racismo. Conociendo que muchos afro-americanos estaban aún lejos de la libertad y todavía vivían en condiciones denigrantes como labradores o criados mal pagados, a los que se les negaba la educación y los derechos constitucionales que si eran disfrutados por otros, sintió la compasiva urgencia de ayudar a cambiar las actitudes raciales en los Estados Unidos.

Las plantaciones, en aquella época, eran una atrincherada institución social que hacían que las personas de color siguieran siendo víctimas de opresión. Ésta era una profunda afrenta al sentido de justicia de Catalina. La necesidad de ofrecer a la gente de color una institución educativa de calidad era prioritario para ella, por ello habló sobre este tema con quienes compartían su preocupación por las desigualdades en la educación de los afro-americanos. Restricciones legales en el sur rural también obstaculizaban el acceso a una educación básica. Fundar y proveer de personal a escuelas, a lo largo del país, que atendieran a los nativo-americanos y afro-americanos se volvió una prioridad para Catalina y su congregación.

Durante su vida, ella abrió, proveyó de personal, y apoyó directamente casi 60 escuelas y misiones, sobre todo en el Oeste y Sudoeste de los Estados Unidos. Su máximo logro en el campo educativo fue la creación, en 1925, de la Xavier University en Louisiana, la única institución de educación superior en los Estados Unidos destinada predominantemente a los afro-americano católicos.

La educación religiosa, el servicio social, las visitas en los hogares, hospitales y prisiones forman parte del ministerio de Catalina y su Congregación.

De una manera callada y serena, Catalina armonizaba una piadosa y total dependencia a la Divina Providencia con un activismo muy marcado. Su alegre iniciativa en armonía con el Espíritu Santo superaba los obstáculos y facilitó sus adelantos en el campo de la justicia social. A través del testimonio profético de Catalina Drexel, la Iglesia en los Estados Unidos pudo darse cuenta de la grave necesidad doméstica por un apostolado que trabajara para los nativo-americanos y afro-americanos. Ella no dudó hablar contra la injusticia y toma una posición pública cuando la discriminación racial era evidente.

Durante los últimos 18 años de su vida ella sufrió de una grave enfermedad que la dejó casi completamente inmóvil. Durante estos años hizo una vida de intensa adoración y contemplación tal como lo había deseado en su niñez. Murió el 3 de marzo de 1955.

Catalina dejó un dinámico legado de cuatro conceptos a sus Hermanas del Santísimo Sacramento, quienes continúan su apostolado hoy al servicio de todas las gentes:

Su amor para la Eucaristía, su espíritu de oración, y su perspectiva de unidad de toda la gente en torno a la Eucaristía;

Su espíritu indómito de valerosa iniciativa para enfrentar la injustita social existente y la protección a las minorías étnicas cien años antes de que tal preocupación despertara interés público en los Estados Unidos;

Su creencia en la importancia de educación de calidad para todos, y sus esfuerzos por lograrlo;

Su donación total de su persona, de su herencia y todo lo material en generoso servicio generoso a las víctimas de injusticia.

Catalina Drexel fue beatificada por el Papa Juan Pablo II el 20 de noviembre de 1980 y canonizada por él mismo el 1 de octubre de 2000.

  Vatican.va

 

 

 

 

 

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