3 – DE MARZO
– VIERNES –
1ª
SEMANA DE CUARESMA – A
Santa Catalina Drexel
Lectura de la profecía de Ezequiel
(18,21-28):
ESTO dice el
Señor Dios:
«Si el malvado se convierte de todos los
pecados cometidos y observa todos mis preceptos, practica el derecho y la
justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se tendrán en cuenta los delitos
cometidos; por la justicia que ha practicado, vivirá. ¿Acaso quiero yo la
muerte del malvado —oráculo del Señor Dios—, y no que se convierta de su
conducta y viva?
Si el inocente se aparta de su inocencia
y comete maldades, como las acciones detestables del malvado, ¿acaso podrá
vivir? No se tendrán en cuenta sus obras justas. Por el mal que hizo y por el
pecado cometido, morirá.
Insistís: No es justo el proceder del
Señor. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien
vuestro proceder el que es injusto?
Cuando el inocente se aparta de su
inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando
el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la
justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos
cometidos, ciertamente vivirá y no morirá».
Palabra de Dios
Salmo: 129,1-2.3-4.5-7a.7bc-8
R/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
V/. Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.
V/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor. R/.
V/. Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.
V/. Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y el redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.
Lectura del santo evangelio según san Mateo
(5,20-26):
EN aquel
tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Si vuestra justicia no es mayor que la
de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos:
“No matarás”, y el que mate será reo de juicio. Pero yo os digo: todo el que se
deja llevar de la cólera contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su
hermano “imbécil” tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama
“necio”, merece la condena de la “gehena” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu
ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas
contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte
con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura
arreglarte enseguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue
al juez y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que
no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último céntimo».
Palabra del Señor
1. Estas palabras del Sermón
del Monte contienen una enseñanza muy fuerte, porque, en definitiva, lo que
aquí se dice es que Jesús antepone la buena relación con el prójimo a la buena
relación con Dios. Porque Jesús viene a decir: antes de acercarte a Dios,
acércate a quien tenga algo contra ti.
Por eso, leyendo este evangelio, hay que
preguntarse:
- ¿Qué queda de todo esto en nuestra
sociedad a la que llamamos "cristiana"?
Más aún: los católicos, la Iglesia,
- ¿hemos tomado en serio lo que dijo
Jesús?
El problema no está en la inevitable
debilidad que es propia de la condición humana. El problema está en que hemos
organizado una forma de vivir la fe en la que pensamos que estas palabras de
Jesús son compatibles y se pueden armonizar con nuestras enemistades, nuestros
resentimientos y nuestras intolerancias.
2. De lo dicho se sigue una consecuencia tremenda, indicada ya en los profetas y en los libros sapienciales de Israel: el que pretende practicar el culto religioso, a sabiendas de que está causando sufrimientos y odios que no soluciona, le provoca horror a Dios (Os 6,6; Prov 15,8; 21, 3. 27; Edo 31, 21-24; 35, 1-3).
En esas condiciones, lo mejor que haces
es no acercarte al altar.
3. Jesús no aclara si las
quejas de tu hermano contra ti están o no justificadas. Y menos aún explica si
la "ortodoxia" doctrinal justifica las "excomuniones" de
los dogmáticos. Sea lo que sea de estas cosas, lo que es cierto es que hay derecho
a pensar que Jesús no puede estar presente en una Iglesia tan dividida y
enfrentada. Y entre unos católicos que se desprecian unos a otros.
4.
Si presentásemos un manjar exquisito en un plato roto, sucio y feo,
posiblemente perdería todo su aspecto apetecible. Algo así son nuestras
ofrendas a Dios si pretendemos agradarle sin preocuparnos de vivir en caridad
con los hermanos.
La penitencia cuaresmal es, entre otras
cosas, dolerse de la dureza de nuestro corazón en el trato con los hermanos. Esto
es justo lo contrario al amor de Dios. Porque Dios nos ama, determinó nuestra
existencia; porque nos sigue amando, nos mantiene en la existencia. Dios es ese
Padre que ama incluso a los que tantas veces no lo merecemos, «haciendo salir
el sol sobre buenos y malos» (Mt 5,45). La Cuaresma es tiempo para pedir el
conocimiento cada vez más profundo del infinito amor misericordioso de Dios que
mira con amor al pecador. Jesús es el rostro humano del Dios bueno y humilde
que no «se ofende», sino que con una inmensa compasión busca al pecador para
abrazarlo. La parábola de ir de camino hacia el pleito nos recuerda que la
caridad con el prójimo es la tarea fundamental de nuestra vida. Es la mejor
disposición para presentarnos delante de Dios al final de nuestra vida.
Imaginar el fin de nuestra vida, preguntarnos cómo nos gustaría estar delante
de Dios en el día final, nos ayuda a mejorar nuestro presente, a mantenernos en
la luz del amor de Dios.
Santa Catalina Drexel
Martirologio Romano: En Filadelfia, del estado
de Pensilvania, en los Estados Unidos de Norteamérica, santa Catalina Drexel,
virgen, que fundó la Congregación de las Hermanas del Santísimo Sacramento y
utilizó los bienes de su herencia con largueza y benignidad, en educar y ayudar
a indios y negros (1955).
Fecha de canonización: 1 de octubre de 2000 por
el Papa Juan Pablo II
Etimológicamente: Catalina = Aquella
que es pura y casta, es de origen griego.
BIOGRAFIA
Nacida en Filadelfia, Pensilvania, en los
Estados Unidos de América, el 26 de noviembre de 1858, Catalina Drexel fue la
segunda hija de Francis Anthony Drexel y Hannah Langstroth. Su padre era un
bien conocido banquero y filántropo. Ambos padres inculcaron en sus hijas la
idea de que su riqueza simplemente era prestada a ellos y debía ser compartida
con otros.
Cuando la familia hizo un viaje al Oeste de
los Estados Unidos, Catalina, como una mujer joven, vio la condición y
degradación de los nativos indio-americanos. Esta experiencia despertó su deseo
de hacer algo específico para ayudar a aliviar su condición. Éste fue el inicio
de una vida de apoyo personal y financiero a numerosas misiones y misioneros en
los Estados Unidos. La primera escuela que ella estableció fue la St. Catherine
Indian School en Santa Fe, Nuevo México (1887).
Después, cuando visitó al Papa León XIII en
Roma, le pidió proveer de misioneros para algunas de las misiones indias que
ella como una persona laica estaba financiando, se sorprendió al oír al Papa
sugerirle que ella misma se haga misionera. Después de consultar con su
director espiritual, el Obispo James O´Connor, tomó la decisión de entregarse
totalmente a Dios, junto con su herencia, a través del servicio a los indios
americanos y a los afro-americanos.
Su riqueza se transformó ahora en una pobreza
de espíritu que se volvió una constante diaria en su vida, recibiendo apoyo tan
sólo para sus necesidades básicas. El 12 de febrero de 1891, ella profesó sus
primeros votos como una religiosa, fundando a las Hermanas del Santísimo
Sacramento cuya dedicación sería compartir el mensaje del Evangelio y la vida
en la Eucaristía entre los indios americanos y afro-americanos.
Siendo desde siempre una mujer de oración
intensa, Catalina encontró en la Eucaristía la fuente de su amor para el pobres
y oprimidos y de su preocupación para combatir los efectos de racismo.
Conociendo que muchos afro-americanos estaban aún lejos de la libertad y
todavía vivían en condiciones denigrantes como labradores o criados mal
pagados, a los que se les negaba la educación y los derechos constitucionales
que si eran disfrutados por otros, sintió la compasiva urgencia de ayudar a
cambiar las actitudes raciales en los Estados Unidos.
Las plantaciones, en aquella época, eran una
atrincherada institución social que hacían que las personas de color siguieran
siendo víctimas de opresión. Ésta era una profunda afrenta al sentido de
justicia de Catalina. La necesidad de ofrecer a la gente de color una
institución educativa de calidad era prioritario para ella, por ello habló
sobre este tema con quienes compartían su preocupación por las desigualdades en
la educación de los afro-americanos. Restricciones legales en el sur rural
también obstaculizaban el acceso a una educación básica. Fundar y proveer de
personal a escuelas, a lo largo del país, que atendieran a los
nativo-americanos y afro-americanos se volvió una prioridad para Catalina y su
congregación.
Durante su vida, ella abrió, proveyó de
personal, y apoyó directamente casi 60 escuelas y misiones, sobre todo en el
Oeste y Sudoeste de los Estados Unidos. Su máximo logro en el campo educativo
fue la creación, en 1925, de la Xavier University en Louisiana, la única
institución de educación superior en los Estados Unidos destinada predominantemente
a los afro-americano católicos.
La educación religiosa, el servicio social,
las visitas en los hogares, hospitales y prisiones forman parte del ministerio
de Catalina y su Congregación.
De una manera callada y serena, Catalina
armonizaba una piadosa y total dependencia a la Divina Providencia con un
activismo muy marcado. Su alegre iniciativa en armonía con el Espíritu Santo
superaba los obstáculos y facilitó sus adelantos en el campo de la justicia
social. A través del testimonio profético de Catalina Drexel, la Iglesia en los
Estados Unidos pudo darse cuenta de la grave necesidad doméstica por un
apostolado que trabajara para los nativo-americanos y afro-americanos. Ella no
dudó hablar contra la injusticia y toma una posición pública cuando la
discriminación racial era evidente.
Durante los últimos 18 años de su vida ella
sufrió de una grave enfermedad que la dejó casi completamente inmóvil. Durante
estos años hizo una vida de intensa adoración y contemplación tal como lo había
deseado en su niñez. Murió el 3 de marzo de 1955.
Catalina dejó un dinámico legado de cuatro
conceptos a sus Hermanas del Santísimo Sacramento, quienes continúan su
apostolado hoy al servicio de todas las gentes:
Su amor para la Eucaristía, su espíritu de
oración, y su perspectiva de unidad de toda la gente en torno a la Eucaristía;
Su espíritu indómito de valerosa iniciativa
para enfrentar la injustita social existente y la protección a las minorías
étnicas cien años antes de que tal preocupación despertara interés público en
los Estados Unidos;
Su creencia en la importancia de educación de
calidad para todos, y sus esfuerzos por lograrlo;
Su donación total de su persona, de su
herencia y todo lo material en generoso servicio generoso a las víctimas de
injusticia.
Catalina Drexel fue beatificada por el Papa
Juan Pablo II el 20 de noviembre de 1980 y canonizada por él mismo el 1 de
octubre de 2000.
Vatican.va
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