miércoles, 22 de marzo de 2023

Párate un momento: El Evangelio del dia 24 – DE MARZO - VIERNES – 4ª SEMANA DE CUARESMA – A Stª – Catalina de Suecia

 


24 – DE MARZO - VIERNES –

4ª SEMANA DE CUARESMA – A

Stª – Catalina de Suecia

 

Lectura del libro de la Sabiduría (2,1a.12-22):

 

SE decían los impíos, razonando equivocadamente:

«Acechemos al justo, que nos resulta fastidioso: se opone a nuestro modo de actuar, nos reprocha las faltas contra la ley y nos reprende contra la educación recibida; presume de conocer a Dios y se llama a sí mismo hijo de Dios.

Es un reproche contra nuestros criterios, su sola presencia nos resulta insoportable.

Lleva una vida distinta de todos los demás y va por caminos diferentes.

Nos considera moneda falsa y nos esquiva como a impuros.

Proclama dichoso el destino de los justos, y presume de tener por padre a Dios.

Veamos si es verdad Jo que dice, comprobando cómo es su muerte.

Si el justo es hijo de Dios, él lo auxiliará y lo librará de las manos de sus enemigos.

Lo someteremos a ultrajes y torturas, para conocer su temple y comprobar su resistencia.

Lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues, según dice, Dios lo salvará».

Así discurren, pero se equivocan, pues los ciega su maldad.

Desconocen los misterios de Dios, no esperan el premio de la santidad, ni creen en la recompensa de una vida intachable.

 

Palabra de Dios

 

Salmo: 33,17-18.19-20,21.23

 

R/. El Señor está cerca de los atribulados

 

V/. El Señor se enfrenta con los malhechores,

para borrar de la tierra su memoria.

Cuando uno grita, el Señor lo escucha

y lo libra de sus angustias. R/.

 

V/. El Señor está cerca de los atribulados,

salva a los abatidos.

Aunque el justo sufra muchos males,

de todos lo libra el Señor. R/.

 

V/. Él cuida de todos sus huesos,

y ni uno solo se quebrará.

El Señor redime a sus siervos,

no será castigado quien se acoge a él. R/.

 

Lectura del santo evangelio según san Juan (7,1-2.10.25-30):

 

EN aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas.

Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:

«¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene».

Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó:

«A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».

Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

 

Palabra del Señor

 

1.  La fiesta de los Campamentos (o de las Chozas) se celebraba en otoño, cuando los campesinos habían terminado de recoger la vendimia.  Era una fiesta de agricultores que daban gracias a Dios por la cosecha. Duraba una semana y a ella acudía mucha gente. Pero lo más importante era la fuerte carga religiosa que se vivía esos días que servían para excitar las esperanzas mesiánicas del judaísmo (Lv 23, 33-36; Zac14,16.19; 9, 9).

Si a Jesús se le veía como una posible promesa o una amenaza, se comprende que acudiera a la fiesta clandestinamente.

 

2.  Tiene que ser fuerte sentirse vigilado, controlado y amenazado de muerte. Jesús sabía que lo iban a matar. En tales condiciones, acudir a una fiesta tan nacionalista y de tanta exaltación religiosa era evidentemente correr un riesgo. Podía pasar cualquier cosa.

Jesús tuvo que echarle valor a aquel viaje. Pero no se dejó dominar por el miedo. Subió a Jerusalén, se fue derecho al Templo y allí se puso a hablar e incluso a gritar. Y gritó de tal manera que intentaron matarlo entonces mismo. Pudo escapar porque no le había llegado su hora.

 

3.  Para hablar de Dios, como lo hizo Jesús, hay que ser muy libre. Y tener valor para vencer el miedo. Y es que hablar de Dios, como se debe hablar, es un asunto muy peligroso.

Hablar del "Dios" que les conviene a los poderes de este mundo es una cosa que da poder y prestigio.

Hablar del Dios que cuestiona a esos poderes, sobre todo al poder y a los intereses de los hombres de la religión, es peligroso, en ello se juega uno hasta la misma vida.

 

4.  Qué ambiente tan denso se respiraba esos días en Jerusalén. Lo cierto es que todo estaba muy tranquilo hasta que llegó Jesús. Él es el Rey de la paz y, sin embargo, con él viene una violencia sin motivo que tiene mucho de envidia. Así es el bien: parece una brisa fresca que, al contacto con las ascuas de un mal fuego, lo avivan.

Me llama la atención la valentía de Jesús. Se presenta de incógnito en la gran ciudad donde le estaban esperando y pronto se pone a predicar abiertamente en el Templo. No podía permanecer oculto; no había venido a eso. Ojalá un día nosotros tengamos esa misma valentía que surge de un corazón que vive en adhesión al corazón del Padre. Sabemos que estamos bajo su cuidado antes que, en las manos, las palabras o las decisiones de otros que no son Dios. Jesús sabe perfectamente de dónde viene; él tiene su origen en el corazón eterno de Dios Padre. Aquellos hombres creían saber de dónde venía. Qué mala cosa cuando los hombres creemos tener a Dios «calado», cuando ya nos lo sabemos. Unas veces por exceso de familiaridad, otras por un orgullo intelectual o ideológico, caemos en esta tentación. Pero Dios siempre es más grande que lo que podamos esperar.

El camino de la Cuaresma, para el que lo realiza con el corazón abierto, es la oportunidad de que Dios entre y haga. Y cuando Dios obra siempre sorprende.

 

Stª – Catalina de Suecia

 




Martirologio Romano: En Vástena, en Suecia, santa Catalina, virgen, hija de santa Brígida, que, casada contra su voluntad, con consentimiento de su cónyuge conservó la virginidad y, al enviudar, se entregó a la vida piadosa. Peregrina en Roma y en Tierra Santa, trasladó los restos de su madre a Suecia y los depositó en el monasterio de Vástena, donde ella misma tomó el hábito monástico († 1381).

Etimológicamente: Catalina = Aquella que es pura y casta, es de origen griego.

A Catalina de Suecia o de Vadstena nació alrededor del año 1331 del matrimonio formado por el príncipe Ulf Gudmarsson y Brigitta Birgesdotter; fue la cuarta de ocho hermanos. La educaron, como era frecuente en la época, al calor del monasterio; en este caso lo hicieron las monjas de Riseberga.

Contrajo matrimonio con el buen conde Egar Lyderson van Kyren con quien acordó vivir su matrimonio en castidad; ambos influyeron muy positivamente en los ambientes nobles plagados de costumbres frívolas y profanas.

Brígida, su madre, ha tenido la revelación de fundar la Orden del Santísimo Salvador que tenga como fin alabar al Señor y a la Santísima Virgen según la liturgia de la Iglesia, reparar por las ofensas que recibe de los hombres, propagar la oración contemplativa -preferentemente de la Pasión- para la salvación de las almas.

Madre e hija se encuentran juntas en Roma. Cuando Catalina tiene planes de regresar a su casa junto al esposo, Brígida comunica a su hija otra revelación sobrenatural de Dios: ha muerto su yerno. Esto va a determinar el rumbo de la vida de Catalina desde entonces. Ante el lógico dolor y la depresión anímica que sufre, es sacada de la situación por la Virgen. Es en estas circunstancias cuando muestra ante su madre la firme disposición interna a pasar toda suerte de penalidades y sufrimientos por Jesucristo. Las dos juntas y emprenden una época de oración intensa, de mortificación y pobreza extrema; sus cuerpos no conocen sino el suelo duro para dormir; visitan iglesias y hacen caridad. La joven viuda rechaza proposiciones matrimoniales que surgen frecuentes, llegando algunas hasta la impertinencia y el acoso. Peregrinan a los santuarios famosos y organizan una visita a Tierra Santa para empaparse de amor a Dios en los lugares donde padeció y murió el Redentor.

En el año 1373 han regresado, muere en Roma Brígida y Catalina da sepultura provisional en la Ciudad Eterna al cadáver de su madre en la iglesia de san Lorenzo. El traslado del cuerpo en cortejo fúnebre hasta Suecia es una continua actividad misionera por donde pasa. Catalina habla de la misericordia de Dios que espera siempre la conversión de los pecadores; va contando las revelaciones y predicciones que Dios hizo a su santa madre.

Söderkoping es el lugar patrio que recibe la procesión en 1374 como si fuera un acto triunfal. Se relatan conversiones y milagros que se suceden hasta depositar los restos en el monasterio de Vadstena, donde entra y se queda Catalina, practicando la regla que vivió durante veinticinco años con su madre.

Un segundo viaje a Roma durará cinco años; tendrá como meta la puesta en marcha del proceso de canonización de la futura santa Brígida y la aprobación de la Orden del Santísimo Salvador. A su regreso a Vadstena, muere el 24 de marzo de 1381.

Aparte de las revelaciones que tuvo y de las predicciones sobrenaturales que hizo la santa, se cuenta de ella la finura de alma que le llevó a la confesión diaria durante veinticinco años -no por ser escrupulosa- y que consiguió la confesión arrepentida de impenitentes a punto de morir. También se habla de luces que rodean el cuerpo inerte después de su muerte, de una estrella que pudo verse por un tiempo señalando el lugar del reposo y de luminosidades que refulgían junto al sarcófago. No es extraño que la leyenda haya querido dejar su huella intentando hacer que los sentidos descubran la magnanimidad de su alma que sólo es perceptible por lo externo. Por eso dijeron que nunca mamó la leche de la nodriza mundana mientras buscaba el pecho de su madre santa y de otras mujeres honestas. Igualmente contaron que libró a Roma de inundación entrando sus pies en el Tiber y hablaron de la liberación de una posesa.

De todos modos, los santos de ayer y de hoy, siempre han sido puntos de inflexión de la gracia para el bien de todos los hombres.

 

 

 

 

 

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